Desarrolladores habitacionales insisten en hacerse ricos a costa de la necesidad de vivienda / Hector Estrada

Mientras la mayoría de los grandes desarrollos habitacionales más recientes ni siquiera cuentan con los servicios básicos, el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) anunció hace un par de días un nuevo plan ambicioso que busca la construcción de 10 mil viviendas de interés social en Chiapas durante el próximo año.
Privilegiando nuevamente la cantidad y no la calidad de las viviendas, el director del Infonavit, Alejandro Murat Hinojosa, presentó el proyecto al que denominó «la solución al problema de vivienda que enfrenta la entidad chiapaneca» como si estuviese descubriendo el hilo negro en torno a dicho rubro.
La estrategia interinstitucional firmada por la Cámara Nacional de la Vivienda (Canadevi) y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano apunta a ser más de lo mismo. Departamentos mal denominados viviendas familiares donde los desarrolladores sacarán nuevamente el mayor provecho monetario posible a unos cuantos metros de construcción.
Para que se dé una idea, uno de los proyectos principales enfocados a los trabajadores estatales contempla la construcción de edificios austeros de cuatro niveles, con áreas comunes y 18 microdepartamentos donde tendrán cabida dos recamaras, baño, sala y cocina-comedor, todo en escasos 40 metros cuadrados aproximadamente. Además de los prototipos de casas rurales con techos de lámina.
Son inmuebles que «los afortunados» beneficiarios tendrán que pagar por 200 mil pesos cada vivienda, sin contar el subsidio de 100 mil pesos que los gobiernos estatal y federal desembolsarán por cada trabajador. Todo como dice Alejandro Murat para hacer posible el sueño de vivienda digna para los chiapanecos.
Ya ni la burlan perdonan. La realidad actual y las malas experiencias en Chiapas durante los últimos años han dejado en claro que los pomposos programas de viviendas sexenales terminan con múltiples problemas, aprovechándose siempre de la necesidad de vivienda de las familias chiapanecas.
En Tuxtla Gutiérrez y Chiapa de Corzo muestra clara de estos abusos son fraccionamientos como Vida Mejor, Real del Bosque y Casas Geo donde las fallas estructurales resultan evidentes y la falta de los servicios básicos son el pan de cada día para sus habitantes; todos estos desarrollos sin lograr aún su municipalización por tratarse de fraccionamientos inconclusos.
Es tiempo de la autocrítica para los organismos promotores de la vivienda en México y Chiapas que durante años se han hecho millonarios a costa de familias defraudadas. Es momento de menos cifras escandalosas para engordar los boletines oficiales y por fin implementar programas que permitan entregar hogares dignos a quienes así lo necesitan.

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