Desarrollo a partir del TLCAN , inexistente para Chiapas

Por su ubicación estratégica tanto para el comercio de bienes y servicios, como para el flujo migrante hacia los EEUU, el replanteamiento del tratado debe hacer énfasis en la Frontera Sur

Julieth Rodríguez / Portavoz

[dropcap]A[/dropcap] 23 años de vigencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), no sólo la pobreza en la entidad ha aumentado, sino que su crecimiento económico permanece estancado; tampoco ha sido capaz de generar condiciones para inversión extranjera y las exportaciones no son parte fundamental en su Producto Interno Bruto (PIB); menos capitaliza en sus relaciones exteriores.
Ayer, se publicó la primera entrega de este trabajo en el que se dio cuenta de cómo en ese periodo, la entidad pasó de tener un índice de 2.3 millones de personas pobres —según datos del Inegi, Coneval y Conapo—, a una medida aproximada de 4 millones 200 mil individuos en esa situación en la actualidad, de acuerdo con un informe que el IMCO publicó el año pasado.
Aunado a ello, pese a que el comercio e inversión de las tres naciones —Estados Unidos, Canadá y México— se han incrementado con el TLCAN, Chiapas pertenece al grupo de aquellos estados en el país que permanecen en estancamiento económico. Además, las exportaciones de mercancías no representan una parte importante de la economía local, que incluso no ha recibido inversión extranjera directa en forma sostenida en los últimos 13 años.
El doctor en Economía por la Universidad de Economía de Viena (Austria) y miembro del Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Sergio Saldaña Zorrilla, escribió para el portal noticioso Sin Embargo que ninguno de los gobiernos del estado de los últimos 30 años ha reducido la pobreza en la entidad.
«Ningún gobierno ha hecho algo sustantivo en la materia; su intervención se ha reducido a regalarles dinero a líderes indígenas, a utilizarlos como sus clientes electorales, a comprar su complicidad para talar bosques y selvas, etc., pero nunca se han dedicado a modificar los determinantes estructurales de su pobreza», opinó.
Asimismo, refirió que el desmantelamiento de la economía chiapaneca en general comenzó con la caída de los precios promedio de sus principales productos: los agropecuarios, como consecuencia del TLCAN. «Desde entonces (1991, cuando comenzaron las negociaciones) estaba clarísimo que una desgravación arancelaria con los Estados Unidos de América y Canadá haría tronar inmediatamente a los pequeños productores agrícolas y ganaderos, los cuales habían sido la base de la economía y el empleo en Chiapas». Por último, sugiere propuestas para redirigir el destino económico del estado, las cuales se resumen a continuación:
1. Crear las condiciones favorables para la generación y prosperidad de empresas privadas. No puede ser que la economía de Chiapas dependa en tan grande medida del presupuesto gubernamental. Este fenómeno de dependencia del gobierno para obtener empleo o hacer negocios no es tan fuerte en otros estados de la república, como Jalisco, Nuevo León, Guanajuato, pues en esos estados existe una iniciativa privada que si bien no es independiente del gobierno, sí es capaz de generar ingresos, empleos y oportunidades para las mayorías.
2. Aumentar la productividad. Esto depende en gran medida de la disposición de personal cualificado y de tecnología. Por ello se debe trabajar mucho en: i) la mejora de la calidad de la educación en el estado; ii) financiar el desarrollo tecnológico desde las universidades y aplicar sistemas productivos de punta acompañado con un plan de capacitación dirigido a productores.
3. Análisis de precios. Se necesita elaborar una matriz de precios nacionales e internacionales pública para facilitar la comercialización de la producción estatal, tal que internalice costos de flete y seguro, y lleve a la maximización de las ganancias empresariales. Debe montarse en una plataforma de acceso público, tal que sirva de apoyo a ejidatarios, cooperativas, cámaras empresariales y productores independientes.
4. Estimular el cooperativismo. La atomización de la producción ha impedido que las unidades productivas operen con economías de escala, lo que lleva a una ineficiencia económica estructural. Por ello, las cooperativas son la alternativa lógica.
5. Acelerar la salida de México del TLCAN. Cada día que transcurre del TLCAN es un día más de pobreza para Chiapas. Es cierto que tenemos que aspirar a que Chiapas se industrialice y diversifique su economía, pero también es cierto que en el corto y mediano plazo, aún tendremos que arreglárnosla con lo que son actualmente nuestras vocaciones predominantes: agricultura y ganadería (y turismo). Por ello, tenemos que presionar fuertemente porque se impongan aranceles a las importaciones de bienes agropecuarios a fin de que recuperemos los estímulos de precios para reactivar el sector.
6. Tecnificar el sector agropecuario. Hay una mayor disponibilidad de alimentos en el centro del país debido a su mayor cercanía con centros de producción agropecuaria tecnificados. En Chiapas tenemos el peor de los mundos en la materia: baja tecnificación agropecuaria, lejanía geográfica de los centros de mayor productividad agropecuaria y decreciente oferta agropecuaria.
7. Invertir en infraestructura del transporte. No todo son carreteras. El transporte carretero, después del aéreo, es el más caro para el comercio (medido en costos de tonelada/kilómetro). El transporte más barato es el pluvial. Por eso debemos hacer navegables los principales ríos del estado, lo que requiere desazolve de las presas La Angostura, Malpaso y Chicoasén así como la construcción de un sistema de exclusas para bordear las respectivas cortinas de las presas hidroeléctricas. También debe hacerse más eficiente la operación de Puerto Chiapas así como modernizar el ferrocarril, con participación del gobierno federal.
8. Medio ambiente y turismo. Tenemos que preservar la riqueza natural que aún nos queda. Los gobiernos anteriores y el actual han depredado terriblemente nuestras selvas, bosques y costas. Simplemente, en 1976 la extensión de la selva lacandona era de 2 millones de hectáreas; hoy es de 300 mil. El aprovechamiento forestal es muy malo cuando se efectúa sin esquemas vigilados y supervisados de sustentabilidad. Con la complicidad de los tres órdenes de gobierno, durante los últimos 15 años se ha permitido la minería devastadora de la Sierra Madre de Chiapas y de la reserva de la biósfera de La Encrucijada. Por su parte, el turismo en Chiapas se ha visto afectado por lo anterior así como por la falta de seguridad.
9. Estado de derecho. Si uno viaja de Ocosingo a San Cristóbal de las Casas puede ser víctima de extorsión por parte de habitantes. Desde hace décadas, clanes de extorsionadores-asesinos mandan en estas zonas, quienes cobran entre 200 y 500 pesos por transitar por ahí, so pena de linchamiento. Usos y costumbres bienvenidos, el asesinato, secuestro y extorsión nunca.
10. Democracia y combate a la corrupción. Chiapas también tiene un enorme déficit de representación democrática. Si los chiapanecos estuvieran representados en al menos el Poder Legislativo, no habrían pasado la serie de leyes y disposiciones tan dañinas de los últimos 40 años. Ello ha abierto la puerta a la corrupción.

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