Día Internacional de las mujeres rurales / Claudia Corichi

En México el 30.1% de las mujeres están en pobreza frente a 28.9% de los hombres; en cuanto a pobreza extrema, mujeres y hombres mantienen casi el mismo porcentaje en torno al 5.4% según la medición publicada por el Inegi en agosto.

En las zonas rurales este panorama se muestra más desfavorable ya que seis de cada diez mujeres viven en pobreza a quienes también les afecta la inseguridad alimentaria. Hoy se conmemora el Día Internacional de las mujeres rurales en reconocimiento a su papel en el cuidado del medio ambiente, la biodiversidad y el sustento alimentario.

Pese a ser tan productivas y buenas gestoras no disponen del mismo acceso que los hombres a la tierra, créditos, materiales e implementos agrícolas, mercados o canales comerciales de productos del campo. Tampoco disfrutan de acceso equitativo a servicios públicos como la educación, la salud o agua potable, ni qué decir de un empleo estable, seguridad social o apoyo al trabajo no remunerado del hogar.

Mujeres Rurales en Ascenso” es el lema de la conmemoración de este año que busca visibilizar a una población que resiente con mayor intensidad las desigualdades. A pesar de que a nivel mundial un 40% de la fuerza laboral del campo es encabezado por ellas, solo poseen la propiedad del 15% de las tierras.

En el país, la titularidad de los derechos parcelarios entre los ejidatarios expresa una fuerte masculinidad pues 80.2% de sus titulares son hombres y 19.8% mujeres. Estos datos son reflejo de las desigualdades de género. La tierra no ha sido para las mujeres campesinas lo que resulta en mayor vulnerabilidad, discriminación y exclusión social.

En el marco del Cuarto Congreso Nacional de la Colectiva 50 más 1 realizado hace unos días, destacadas líderes indígenas como la Diputada federal oaxaqueña Irma Juan Carlos, la expresidenta municipal de Oxchuc, Chiapas, Maria Gloria Sánchez Mijane Jiménez del pueblo afromexicano, lamentaron que persistan las barreras estructurales y las violencias contra las mujeres en el entorno rural ante la indiferencia y complicidad de autoridades locales.

“Si la vida es difícil para una mujer en la ciudad, imagínense lo que representa para una niña en el campo. En la cultura de muchos pueblos, nuestros padres nos dicen desde pequeñas que no vamos a estudiar y si quieres hacerlo tienes que migrar y alejarte de tu familia y de tu cultura”, manifestó la legisladora.

Señalaron que los rezagos se presentan en la participación política y el empoderamiento económico tanto en sus comunidades como en sus propios hogares. La discriminación es otro factor de desventaja sobre todo si se es mujer, indígena y afrodescendiente.

Aunado a esto, el rol fundamental que ejercen para la preservación de la vida y la toma de decisiones se invisibiliza ante prácticas como el matrimonio infantil y las que asocian lo femenino con el trabajo doméstico.

Por ello, es indispensable garantizar que los derechos, oportunidades y acceso equitativo a los servicios lleguen por igual al 23% de las mujeres del país que habitan en localidades rurales. La igualdad es para todas.

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