La Lotería Nacional homenajea el esfuerzo de dos vidas ejemplares trascendentes que son inspiración y ejemplo en su comunidad desde hace más de 70 años
Aquínoticias Staff
La Lotería Nacional realizó un reconocimiento a dos vendedores de billetes que, en un trabajo diario, han inspirado con su vida a las nuevas generaciones, han logrado impregnar de pasión con su andar y, gracias a ello, mantienen viva la tradición por la adquisición de cachitos de lotería.
La directora general de Lotería Nacional, Margarita González Saravia Calderón, expresó que, tanto Socorrito Morell como Carlos Herrera Martínez, han realizado un valioso aporte a la institución, han enseñado y heredado su experiencia y, con ello, se enriquece la gran familia de Lotería Nacional.
Socorrito Morell, nació en 1921 en Tuxtla Gutiérrez, la caracterizó siempre su espíritu proactivo, con ética y liderazgo, la nombraron concesionaria de la Lotería Nacional y representante de una de las agencias más importantes del país.
Gracias a su filosofía de trabajo y vida; hoy, la empresa que fundó hace 70 años ha repartido miles de millones de pesos y felicidad a un sinfín de familias Chiapanecas.
Doña Soco, como le llaman, hizo de la lotería tuxtleca algo más que un expendio de billetes, pues atrajo y conquistó a muchos chiapanecos que de otra manera nunca hubieran comprado un billete. El paso por esta tierra dejará una huella imborrable, es un regalo del cielo y un cachito de alegría.
Por su parte, Carlos Herrera Martínez, Don Carlitos, como es conocido en su comunidad, nació el 4 de julio de 1928, en el barrio de la Pila, en la ciudad de Comitán de Domínguez y en 1945 llegó a vivir a Tuxtla Gutiérrez, se ha distinguido por contar con una personalidad libre y espíritu aventurero, con un ímpetu espontáneo, intrépido y honesto, y un nato don de ventas, disfrutaba el trato diario con las personas y hacer nuevos amigos; se ganó la vida con este oficio, convirtiéndose en uno de los billeteros de mayor prestigio.
Sirvió a la empresa mexicana poco más de 60 años, dando varios Premios Mayores en el transcurso de su carrera, la cual siempre disfrutó no como un trabajo, sino como una aventura diaria, en la que se entregaba casi de tiempo completo.
Carlitos es de esos hombres ejemplares que no encuentran dificultades agobiantes en su camino. Hoy en día, a sus 95 años, sigue siendo un hombre agradecido y lleno de satisfactorios recuerdos.
Para la institución de la suerte, es un honor llevar a Chiapas los reconocimientos que homenajean el esfuerzo de dos vidas ejemplares, trascendentes, que son inspiración y ejemplo en su comunidad. ¡Enhorabuena!