Al interior de las escuelas les han prohibido a estudiantes de nivel medio de diferentes instituciones educativas de Chiapas denunciar a sus agresores. «Acá no pueden andar pegando eso» les advirtieron a las alumnas así que han tenido que hacerlo afuera de los centros escolares. En el plantel 13 del Colegio de Bachilleres de Chiapas (Cobach) las estudiantes hicieron públicas conversaciones en las que profesores de esa institución las acosaban vía mensajes de texto.
En el 2020, precisamente, días antes de que se fueran a clases virtuales en esa misma escuela se hicieron tendederos de acosadores. La marcha multitudinaria del 8 de marzo de ese año fue el parteaguas para que alumnas de nivel medio y superior se animaran a denunciar a sus agresores mediante estos espacios. Hace unas semanas regresaron a clases presenciales y el acoso en contra de las alumnas no se lo llevó el COVID-19.
De acuerdo a las adolescentes que denunciaron de manera pública mediante estos tendederos, los profesores aprovecharon que tenían acceso a los números de teléfonos celulares de todas las alumnas por las clases en línea para acosarlas mediante mensajes de textos, fueron esas conversaciones las que exhibieron.
Pero, el Cobach plantel 13 no es la única institución que ha prohibido a sus estudiantes hacer manifestaciones públicas para denunciar a los docentes acosadores. Diferentes colectivas feministas tienen el registro de por lo menos cinco escuelas más que por petición de las propias alumnas que fueron amenazadas no han revelado aún los nombres de esas instituciones porque temen represalias.
Dos años han pasado desde que las estudiantes tanto de nivel medio y superior denunciaron la violencia que padecen dentro de las propias escuelas y ni la dirección general de esas instituciones ni la Secretaría de Educación del Estado y/o la Secretaría de la Igualdad para las Mujeres han implementado un programa agresivo (como es el acoso que sufren las estudiantes) para prevenir, castigar y eliminar estos casos.
A las alumnas se les ha prohibido hasta el más esencial derecho de la denuncia de sus agresores. Estas instituciones no cuentan con protocolos de actuación para atender la violencia de género en el espacio escolar, no tienen registro de las denuncias que hacen las estudiantes porque, en muchos casos, ni siquiera las escuchan, hay quienes han tenido que «carearse» con su agresor cuando son denunciados.
Hace un año, precisamente por estas fechas, la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach) tuvo parada la institución por casi dos meses debido a que el problema se le explotó en la cara ¿eso están esperando las otras instituciones? ¿No aprendieron la lección con lo que sucedió en la máxima casa de estudios?
El problema de las escuelas de educación media es más grave porque la mayoría de las estudiantes son menores de edad, las autoridades con sus omisiones y torpezas están encubriendo delincuentes.
Tuvieron dos años para preparar un programa de atención, para sacar sus protocolos de actuación, para crear áreas estratégicas para atender estos casos; pero prefirieron ver para otro lado, y lo siguen haciendo. Pero, las estudiantes les están poniendo el problema en la cara ¿necesita que les explote? Podría no tardar mucho, ustedes con su negligencia lo están acelerando.