El ácido fólico, una vitamina del complejo B, es crucial en todas las etapas de la vida, desde el desarrollo fetal hasta la salud en la adultez y la vejez
Aquínoticais Staf
El ácido fólico, también conocido como vitamina B9, es un nutriente esencial que desempeña un papel fundamental en diversas funciones del cuerpo humano. Su importancia radica en su capacidad para ayudar en la formación de células nuevas, lo que lo convierte en un aliado clave en todas las etapas de la vida, desde el embarazo hasta la tercera edad.
1. Embarazo y desarrollo fetal:
Durante el embarazo, el ácido fólico es vital para el desarrollo del feto. Ayuda a prevenir defectos del tubo neural, como la espina bífida y la anencefalia, que afectan el cerebro y la médula espinal del bebé. Por esta razón, los médicos recomiendan que las mujeres en edad fértil, especialmente aquellas que planean un embarazo, consuman suficiente ácido fólico antes y durante la gestación.
2. Infancia y adolescencia:
En la infancia y la adolescencia, el ácido fólico es esencial para el crecimiento y desarrollo adecuado. Contribuye a la formación de glóbulos rojos, previniendo la anemia, y apoya el desarrollo cognitivo, lo que es crucial para el rendimiento escolar y el aprendizaje.
3. Edad adulta:
En la adultez, el ácido fólico sigue siendo importante. Ayuda a mantener la salud cardiovascular al reducir los niveles de homocisteína, un aminoácido que, en exceso, puede aumentar el riesgo de enfermedades del corazón. Además, juega un papel en la producción de ADN y ARN, lo que es fundamental para la reparación celular y la prevención de ciertos tipos de cáncer.
4. Tercera edad:
En la vejez, el ácido fólico puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo y reducir el riesgo de enfermedades como el Alzheimer. También es beneficioso para mantener la salud ocular y prevenir la degeneración macular relacionada con la edad.
Fuentes de ácido fólico:
El ácido fólico se encuentra naturalmente en alimentos como verduras de hoja verde (espinacas, brócoli), legumbres (lentejas, frijoles), frutas cítricas (naranjas, limones) y cereales fortificados. Sin embargo, en algunos casos, los suplementos pueden ser necesarios para alcanzar los niveles recomendados, especialmente durante el embarazo.