El Aguacero: una joya natural entre montañas

En el corazón de la Selva El Ocote, este emblemático sitio ofrece ecoturismo, aventura y conexión profunda con uno de los ecosistemas más valiosos de Chiapas

Primer Plano Magazine/Noé Juan Farrera Garzón

Ubicada en el municipio de Ocozocoautla de Espinosa, Chiapas, El Aguacero es una de las cascadas más impresionantes del estado y un destino obligado para quienes buscan experiencias en contacto directo con la naturaleza. Este paraíso escondido se encuentra dentro de la majestuosa Reserva de la Biosfera Selva El Ocote, una de las áreas protegidas más importantes del sureste mexicano.

El acceso a este santuario natural es parte de la aventura: desde Tuxtla Gutiérrez, se recorren 48 kilómetros por la carretera federal 190 en dirección a México, hasta llegar a un desvío que conduce por 3 kilómetros de terracería. También se puede llegar desde Cintalapa, siguiendo la ruta hacia el ejido El Aguacero.

La cascada tiene una caída de entre 25 y 40 metros, dependiendo de la temporada y la fuente consultada. Sus aguas provienen del río Escopetazo, el cual emerge de un sistema de cuevas subterráneas, creando un espectáculo visual único. Para llegar a su base es necesario descender entre 700 y 740 escalones, rodeados de vegetación exuberante, lo que convierte el recorrido en una experiencia inmersiva.

El Aguacero es perfecto para actividades de ecoturismo y aventura. Puedes realizar senderismo por los caminos que rodean la cascada, nadar en sus pozas naturales de agua cristalina, practicar rappel y escalada en el cañón, explorar cuevas como El Encanto y el río subterráneo, o acampar bajo un cielo estrellado en plena selva.

El sitio cuenta con servicios básicos como restaurante de comida local, estacionamiento, baños y recorridos guiados. La entrada tiene un costo aproximado de $60 pesos por persona y el horario de acceso es de 07:00 a 17:00 horas, todos los días.

Para disfrutar plenamente la experiencia se recomienda llevar ropa cómoda, calzado adecuado para caminar, traje de baño, toalla, bloqueador solar, suficiente agua, snacks y sobre todo, una actitud respetuosa con el entorno natural.

Visitar El Aguacero no solo es sumergirse en un entorno de belleza extraordinaria, sino también conectar con uno de los ecosistemas más ricos y diversos de Chiapas. Es un recordatorio vivo de por qué este estado es Extraordinario por Naturaleza.

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