«La prensa que es el portavoz del progreso debe ser leída por la mujer, sobre todo la prensa que va en pos de su dignificación»
El altruista
Olga Tatiana Jiménez Domínguez
El Altruista, editado en 1919, fue el primer periódico chiapaneco dirigido y escrito por mujeres. Sus editoras fueron figuras del feminismo histórico de Chiapas: las maestras Fidelia Brindis, Florinda Lazos y Sofía Calderón. El periódico contaba además con varias colaboradoras como Consuelo Lazos, Mélida Cruz, Mercedes y Juana Zamora. El periódico se publicó quincenalmente, desde el 18 de Julio hasta el 30 de octubre de 1919.
El investigador Sarelly Martínez Mendoza, ubica a la publicación como parte de la prensa constitucionalista del periodo revolucionario debido a que su surgió en el contexto del gobierno carrancista[1]. Sin embargo, el periódico el Altruista se autodenominó como independiente y no oficial, órgano de difusión de la Sociedad Filantrópica de Tuxtla Gutiérrez. El colectivo era integrado por algunas de las mujeres que editaban el periódico, aunque en la editorial de la publicación se evidencia su simpatía a los principios políticos liberales al dedicar varios números a figuras históricas masculinas como Benito Juárez o Belisario Domínguez.
La publicación surgió en medio de un convulso contexto político como lo fue el periodo posterior al movimiento armado de la Revolución Mexicana, y la disputa por institucionalizar los diversos proyectos de nación emanados de la revolución. Para 1919, algunas mujeres chiapanecas se habían graduado como maestras de educación primaria. Varias de ellas participaban activamente en la vida política y laboral del estado; otras colaboraban en los diarios locales instando a la población femenina a exigir sus derechos y demandando espacios educativos donde se instruyeran a las mujeres más jóvenes.
El contexto político y social influyó en la línea editorial del periódico. Se abordaron temas como el derecho de las mujeres a una educación científica y laica, el derecho a la salud y la reivindicación de la participación de las mujeres en los espacios públicos. El periódico El Altruista tuvo una fuerte influencia del semanario nacional La Mujer Moderna (1915) dirigido por Hermila Galindo, feminista e importante figura del gobierno de Venustiano Carranza.
El contenido del periódico local era semejante al del semanario nacional, pues es evidente que El altruista tomó como referencia las ideas liberales y de modernidad vertidas en La Mujer Moderna, especialmente respecto a la instrucción educativa de las mujeres. Sin embargo, nada se menciona sobre otras demandas feministas como el derecho al sufragio, consigna que sí está presente, como una preocupación constante, en las notas y editoriales del semanario nacional.
El Altruista incluyó apartados dirigidos a las actividades domésticas modernas como la salud e higiene personal y la actividad física; pero también contenía una sección de sociales, y un buzón donde recibían la correspondencia de sus lectores. Los tópicos que se trataban tenían la intención de propiciar nuevos modelos de conducta para una nueva representación social de las mujeres en el contexto local. La representación ideal de la «mujer moderna chiapaneca»[2], así se aprecia en la editorial del primer número del periódico debe :Trabajar valiéndonos de cuantos medios estén a nuestro alcance, difundiendo ideas regeneradoras de la educación, para formar a la mujer moderna que esté de acuerdo con la civilización actual preparada para la evolución social»[3].
En este texto se refleja la preocupación de las editoras por posicionar en los imaginarios colectivos, el concepto de mujer moderna como el nuevo ideal de progreso para la emancipación de las mujeres. No obstante, este ideal sólo podía ser asumido por algunas mujeres, pues la mayoría de las chiapanecas vivían en entornos de precariedad, analfabetismo y marginación.
La maternidad es otro tópico recurrente en las notas del El Altruista, lo cual es probable que fuera un reflejo de la preocupación de las mujeres que editaban el periódico por conciliar su vida profesional con la personal. En la mayoría de los textos de las periodistas, se menciona la instrucción de las mujeres como «el motor de la regeneración de la mujer chiapaneca». El discurso de la «maternidad educada» como recurso de la modernización estuvo presente en la prensa desde finales del Siglo XIX, momento histórico donde se reivindicó la construcción social de la maternidad como el rol social principal de las mujeres. Sin embargo en el periodo posrevolucionario se convirtió también en el ideal de maternidad donde se depositó en las mujeres, las esperanzas de regeneración de una sociedad en crisis.
Sin embargo, este discurso fue esgrimido también por las mujeres para justificar su presencia en los espacios públicos. Incluso en algunos escritos se refleja el cuestionamiento al papel tradicional que se les asignaba a las mujeres, como se aprecia en texto de Florinda Lazos: A los ojos de Napoleón, emperador de Francia sólo era grande la mujer que más hijos daba al Estado, pero ahora en el siglo de la ciencia, que la mujer sigue paso a paso no pensaría lo mismo el gran emperador, porque ya no sólo es grande la mujer procreando, sino que también lo es cuando despreciando las fanáticas costumbres de su medio, descuella en el amplio horizonte de la ciencia y une con el corazón el cerebro»[4].
El discurso de la maternidad se mantuvo en la publicación como una preocupación constante de las mujeres, pero fue también la justificación que permitió el acceso de estas a la educación profesional y a espacios públicos por medio de la función social de la maternidad [5].
El Altruista representa un parteaguas en la prensa chiapaneca, no sólo porque sus editoras y la mayoría de colaboradoras fueron mujeres, o porque fuera una publicación dirigida a otras mujeres; fue un parteaguas porque nos muestra otra dimensión del cambio social que se hizo presente en el periodo posrevolucionario: las mujeres concibiéndose así mismas como sujetos de la historia a través de su agencia activa en la esfera pública y desde la construcción de sus propias identidades.
Si bien el periódico no abordó el tema de los derechos civiles y el derecho al sufragio de las mujeres en Chiapas, sí abordó temas considerados como feministas: el derecho a la educación, y a la profesionalización, entendidos como parte de las primeras demandas que enarbolaron las feministas de la primera ola internacional. También sentó las bases para que años más adelante, otras mujeres hicieran uso de la tribuna periodística para exigir sus derechos políticos.
FUENTES HEMEROGRÁFICAS
El Altruista, Tuxtla Gutiérrez, 1897, AHECH- UNICACH-HFCG
BIBLIOGRAFÍA
Martínez Mendoza Sarelly, La prensa maniatada. El periodismo en Chiapas de 1827 a 1958, (1.a ed.) México, Fundación Manuel Buendía, 2004.
Noguez, Noguez Olivia, «Hermila Galindo y «La mujer moderna» (1915-1916). Abriendo espacios: entre la domesticidad y los derechos por la igualdad,» Historia 2.0, Conocimiento Histórico en Clave Digital, 2012.
[1] Martínez Mendoza Sarelly, La prensa maniatada. El periodismo en Chiapas de 1827 a 1958, (1.a ed.) México, Fundación Manuel Buendía, 2004, p. 189.
[2] La Mujer Moderna Chiapaneca se convirtió en una representación del ser mujer en el contexto histórico de principios del siglo XX en Chiapas. Este ideal femenino estaba dirigido a las mujeres de clase media, mestizas y con acceso a la educación. El modelo se caracterizó por su apego a la educación laica y científica, cuestionó al fanatismo religioso, e impulsó la participación de las mujeres en los espacios públicos, pero sin separarse del todo del ámbito doméstico.
[3] «Articulo inicial», El Altruista, Tuxtla Gutiérrez, 18 de julio de 1919, número 1, p.1
[4] Lazos Florinda «La Mujer y la Enfermería», El Altruista, Tuxtla Gutiérrez, 18 de julio de 1919, número 1, p.4
[5] Al respecto Oliva Noguez (2012) desarrolla el concepto de maternidad social y señala que la categoría tiene relación con las cualidades que las mujeres pueden desempeñar en el ámbito público, en tanto madres, al auxiliar a los sectores desfavorecidos de la sociedad, y, de esta manera, contribuir a la nación con actividades feminizadas de acuerdo a su naturaleza biológica.