El cacao mexicano: tesoro ancestral que será un lujo

La producción de cacao en México enfrenta pérdidas históricas debido al cambio climático y enfermedades devastadoras. La industria chocolatera, con raíces profundas en la identidad nacional, lucha por sobrevivir en medio de precios récord y escasez del insumo clave

Aquínoticias Staff

La crisis que llegó antes de lo esperado
El cacao, considerado un legado ancestral de las civilizaciones prehispánicas, atraviesa una de las mayores crisis de su historia. Las sequías extremas, lluvias torrenciales y enfermedades como la moniliasis del cacao han reducido las cosechas hasta en un 80%. Lizbeth Hernández, maestra chocolatera, describe la situación como un golpe devastador: «Los sembradíos dependen de las lluvias, pero estas son cada vez más impredecibles; o no llegan o llegan en exceso, arruinando todo».

La consecuencia inmediata es un desequilibrio global entre oferta y demanda. Según la ICCO, el déficit de 374,000 toneladas en la temporada 2023/2024 ha hecho que el precio del cacao en México se dispare de 60 a más de 220 pesos por kilo. Esta realidad pone en peligro la viabilidad de los pequeños productores y el acceso de los consumidores a chocolates de alta calidad, los cuales podrían convertirse en un lujo exclusivo en la próxima década.

¿Una oportunidad en la adversidad?
Sin embargo, no todo es pesimismo. Armando Muñoz, fundador del DRUPA Museo Interactivo del Chocolate, ve esta crisis como una oportunidad para reposicionar el cacao mexicano en el mercado global. «El cacao nacional tiene una historia milenaria que debe ser reconocida. Los consumidores pueden hacer la diferencia al elegir productos con alto contenido de cacao mexicano», afirma.

Lizbeth Hernández coincide y recalca que valorar este superalimento implica reconocer el esfuerzo detrás de su cultivo: «Cuando compres chocolate, busca que sea de alta pureza y, si es mexicano, aún mejor. Así ayudas a mantener viva toda una cadena productiva».

Una decisión que define el futuro
La crisis actual del cacao mexicano no es solo un desafío económico; es un llamado para actuar colectivamente. Desde las políticas públicas hasta las decisiones de los consumidores, el futuro de este ingrediente esencial depende de nuestra capacidad para responder a la adversidad con innovación y solidaridad.

Con información de El Economista

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