El chiapaneco que llevó su talento hasta el Vaticano

Desde Chiapa de Corzo, Rosel González mantiene viva la herencia cultural de Chiapas, tallando madera y ámbar con un profundo respeto por sus raíces

Noé Juan Farrera Garzón / Aquínoticias

Rosel González Montoya, originario de esta tierra de tradición, ha convertido la madera y el ámbar en testigos del patrimonio cultural de México. Reconocido a nivel nacional e internacional, su obra más emblemática son las máscaras de Parachicos, símbolo de la Fiesta Grande de Enero, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO.

De Chiapa de Corzo al Vaticano

  • Aprendió el oficio a los 6 años, guiado por su hermano y el entorno artesanal de su familia.
  • En 2018, ganó el Gran Premio Nacional de Arte Popular del FONART en talla de madera.
  • En 2015, entregó al Papa Francisco una escultura de la Virgen María, llevando el arte chiapaneco al Vaticano.

Obras Monumentales y Filosofía Artesanal

Entre sus creaciones destacan:

  • Un Cristo de 2.5 metros para un templo en Chilón.
  • La imagen de San Juan Nepomuceno en Palenque.

Para Rosel, tallar es un ritual de respeto:

  • Usa madera de árboles caídos, nunca vivos.
  • Cada pieza puede tomarle hasta 18 meses de trabajo meticuloso.

Un Legado que Vive en las Nuevas Generaciones

Su hijo Patricio González Gómez sigue sus pasos, asegurando que esta tradición no se pierda. Más que un artesano, Rosel es un guardián cultural, cuyas obras —desde máscaras hasta imágenes religiosas— narran la identidad de Chiapas con cada cincelada.

Con información de Primer Plano Magazine

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