35 migrantes Japoneses llegaron a Escuintla hace 125 años para cultivar café, su legado persiste
Sandra de los Santos / Aquínoticias
En Escuintla los apellidos y nombres de origen Japonés no son algo extraño, tampoco encontrar ciertas costumbres del país Asiático en la cotidianidad de quienes viven en el municipio del Soconusto, esto se debe a la comunidad Japonesa que se instaló en ese lugar hace 125 años.
El investigador Martin Yoshio Cruz Nakamura es descendiente de uno de los 35 colonos Japoneses que llegaron en 1897 al entonces llamado puerto de San Benito (ahora Puerto Chiapas) para fundar una colonia Japonesa en el municipio de Escuintla. El propio nombre del investigador es el resultado de esa mezcla que se fue dando en estos años.
Tanto Yoshio Nakamura como la comunicóloga, Harumi Nakamura, son la cuarta generación de descendientes de esa comunidad, y hablan sobre la importancia de la historia de esta colonia en el municipio de Escuintla.
“Creo que es importante el reconocimiento a todo lo que contribuyeron para el municipio y la región estos primeros habitantes Japoneses. Está el ejemplo del doctor Ota Renji, quien fundó las primeras boticas y ayudó mucho en la salud de las personas” comenta Harumi. También a estos colonos se les atribuye el llevar agua entubada al municipio y la energía eléctrica.
El doctor en Ciencias Sociales y Humanísticas, Yoshio Nakamura considera que es necesario conservar la memoria histórica de Escuintla, sobre todo cuando se tiene documentado de manera precisa lo que sucedió en ese lugar con la llegada de los 35 colonos Japoneses que llegaron como parte de un acuerdo diplomático entre México y Japón con la intención de cultivar café.
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El primer asentamiento de los migrantes Japoneses, comenta Yoshio, fue en Escuintla. Al paso del tiempo algunos de ellos se fueron casando con mujeres de la región, y otros “mandaban a traer” a sus esposas, pero sus descendientes nacían en territorio chiapaneco. Aunque hubo quienes regresaron a su país natal o se fueron a otras partes de México, otros tantos se quedaron y sus descendientes continúan en Chiapas.
Tanto Yoshio como Harumi coinciden en que es importante que no haya un borrado o se desvirtué la historia de la conformación de la colonia Japonesa en Chiapas. Hasta ahora no ha habido acciones por parte de los gobiernos locales para reconocer la aportación de esta cultura en Chiapas, lo cual consideran debería de realizarse.