El cuidador de bonsais, «gigantes» en miniatura: Óscar Ruiz

Óscar Ruiz se dedica desde hace cinco años al arte del bonsái.

Cualquier árbol puede convertirse en bonsái, pero no cualquier persona puede convertir un árbol en bonsái. Se requiere tiempo, paciencia y conocimiento

Sandra de los Santos / Aquínoticias

Cuando llegó la pandemia en marzo del 2020 a México, Óscar Ruiz tenía un as bajo la manga que le permitió permanecer en confinamiento en casa de una manera más tranquila. Tenía 80 acompañantes en su propio hogar que demandaban su atención y lo mantenían a buen resguardo.

Óscar Ruiz Rosas es presidente de la Asociación Chiapaneca de Bonsái Kokoro no mori. Es un empleado jubilado que de una vez que dejó de trabajar buscó cómo aprender este viejo arte oriental que tanto le había llamado la atención. Comenzó en el 2016 así que lleva cinco años dedicándole de dos a tres horas diarias a cuidar a los árboles que tiene en casa.

Durante la pandemia el tiempo que pasaba con los bonsáis incrementó a cinco y hasta seis horas diarias, siempre hay algo qué hacer si se tienen decenas árboles bajo cuidado y más si se les mantiene con una técnica milenaria.

Cualquier árbol puede convertirse en bonsái, pero no cualquier persona puede convertir un árbol en bonsái. Se requiere tiempo, paciencia y conocimiento.

Estos bonsáis fueron expuestos en la galería de la Unicach el mes pasado y fueron trabajados por diferentes personas.

A pesar que el cuidado de los bonsáis puede ser una actividad muy solitaria, también se práctica en colectivo y eso llegó a extrañar Óscar, el poder platicar con sus amigos de la asociación, el compartir talleres, conocer nuevas técnicas de cuidado, escuchar a otras personas hablar sobre este tema. Pero, ahora que la marea ha bajado (ha disminuido los casos de COVID-19) han podido reunirse de nuevo, y hasta tuvieron una exposición el mes pasado.

En Chiapas algunas especies con las que se trabajan son: sabino, brasileto, flamboyanes y árboles de la abundancia. Hay quienes también lo hacen con árboles frutales como los limones. Un bonsái puede llegar a tener el mismo periodo de vida que un árbol que no fue sometido a esta técnica. Hay árboles que son rescatados gracias a que tuvieron una segunda oportunidad al crecerlos en maceta.

De los bonsáis, antes de conversar con Óscar Ruiz, sabía menos de lo que conozco ahora. Me hizo notar que cada árbol es una escena, que siempre tienen compañía ( figurar representativas de la cultura oriental o plantas),   y sobre todo la importancia que tienen las macetas (también conocidos como tiestos) para el buen desarrollo de los árboles.

Óscar no me lo dice, pero hasta es una forma de meditación activa, mientras se observa qué necesita el árbol, se trabaja en el paisaje que se quiere forma y se cuida cada detalle se entra en una especie de absorción en donde solo el árbol y la persona que la trabaja importan, todo lo demás es ruido, algo que no cabe en la escena.

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