A más de ocho décadas de la Expropiación Petrolera, el debate sobre el papel del Estado en la industria energética sigue vigente. Lo que es innegable es que el 18 de marzo de 1938 representó un acto de valentía, un símbolo de soberanía, resistencia y unidad nacional
Aquínoticias Staff
Cada 18 de marzo, México conmemora uno de los momentos más emblemáticos de su historia moderna: la Expropiación Petrolera de 1938. La decisión del entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río marcó un parteaguas en la lucha por la soberanía nacional y la independencia económica del país.
Un acto de soberanía ante el poder extranjero
En las primeras décadas del siglo XX, el petróleo mexicano estaba controlado por compañías extranjeras, principalmente de Estados Unidos y el Reino Unido, que explotaban los recursos del país sin una justa retribución para los trabajadores y para el propio Estado. Ante el constante abuso y las condiciones laborales deplorables, los obreros petroleros exigieron mejores derechos y salarios, lo que derivó en una confrontación directa con las empresas.
El conflicto escaló hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que falló a favor de los trabajadores y ordenó a las empresas petroleras cumplir con sus obligaciones. Sin embargo, al negarse a acatar la resolución, Cárdenas tomó la decisión histórica de expropiar la industria petrolera el 18 de marzo de 1938, nacionalizando los yacimientos y creando Petróleos Mexicanos (PEMEX) como una empresa estatal.
Impacto económico y político
La expropiación generó un conflicto diplomático con las potencias extranjeras afectadas, pero también despertó un fervor nacionalista en el pueblo mexicano, que respondió con donaciones voluntarias para pagar las indemnizaciones a las compañías. Esta acción simbolizó la capacidad de México para defender sus recursos y consolidó el papel del Estado como rector de la economía.
Con el paso del tiempo, PEMEX se convirtió en un pilar del desarrollo nacional, financiando infraestructura, educación y programas sociales. Sin embargo, la empresa también enfrentó retos como la corrupción, la falta de inversión y los vaivenes de la política energética.
La expropiación en el siglo XXI: entre la reforma y la reivindicación
En las últimas décadas, el sector energético ha sido un campo de batalla político. La reforma energética de 2013, impulsada por el gobierno de Enrique Peña Nieto, permitió la participación privada en la industria petrolera, lo que fue visto por algunos sectores como un retroceso en el legado cardenista.
Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador, se ha buscado recuperar el control del Estado sobre la energía, impulsando la soberanía petrolera y fortaleciendo PEMEX. El 18 de marzo se ha convertido en un día de reivindicación política, con eventos en los que el gobierno subraya la importancia de la autosuficiencia energética y el papel estratégico del sector público en la economía.
Un día para recordar la lucha por la soberanía
A más de ocho décadas de la Expropiación Petrolera, el debate sobre el papel del Estado en la industria energética sigue vigente. Lo que es innegable es que el 18 de marzo de 1938 representó un acto de valentía y determinación que redefinió el rumbo de México, convirtiéndose en un símbolo de soberanía, resistencia y unidad nacional.