El responsable de la Pastoral de Movilidad Humana de la Diócesis de Tapachula, César Cañavera, instó a que las fuerzas armadas se centren en la seguridad de Chiapas y no a criminalizar la migración en la frontera sur
Aquínoticias Staff
César Cañavera, responsable de la Pastoral de Movilidad Humana de la Diócesis de Tapachula, destacó la necesidad urgente de que el Ejército Mexicano concentre sus esfuerzos en garantizar la seguridad en Chiapas, en lugar de enfocarse en temas migratorios en la frontera sur con Guatemala. En entrevista con el Diario del Sur, Cañavera señaló que Chiapas enfrenta un aumento en la violencia, y tanto la comunidad local como la migrante requieren mayor protección por parte del Ejército y la Guardia Nacional.
«Se debe hacer una limpieza en el tema de seguridad en la frontera sur, especialmente en las áreas donde la violencia es más intensa», afirmó Cañavera, quien también dirige el albergue Belén. Aseguró que la paz debe ser una prioridad para las autoridades federales, estatales y municipales, y reiteró el compromiso de la Iglesia de seguir abogando por la tranquilidad en los municipios más afectados. En su opinión, las fuerzas de seguridad deben estar dedicadas a devolver la estabilidad y confianza a las comunidades que sufren la violencia, tanto migrantes como ciudadanos mexicanos.
Cañavera enfatizó que el fenómeno migratorio en la frontera sur de México no debe ser abordado desde una óptica militar, ya que los migrantes en tránsito no buscan causar daño. En cambio, huyen de situaciones difíciles en busca de mejores oportunidades, con la intención de llegar a Estados Unidos para ayudar a sus familias. «Dios camina en medio del pueblo, y lo que buscamos es dar a conocer lo que pasa con el fenómeno migratorio en la frontera sur», explicó, resaltando la importancia de evitar tragedias en el camino de estos migrantes.
Un punto particularmente sensible que abordó Cañavera fue el incidente en el que seis migrantes perdieron la vida a manos de elementos del Ejército Mexicano en los límites de Huixtla y Villa Comaltitlán. Este hecho, según él, es una muestra de cómo los enfoques militarizados pueden resultar fatales, y urgió a que no se repitan acciones similares en el futuro. «Quitarle la vida a un hermano migrante es deplorable ante la sociedad», lamentó, señalando que la violencia en esa región también pone en riesgo a los mexicanos que transitan por las mismas rutas.
La Iglesia, a través de su labor humanitaria y su compromiso con la defensa de los derechos humanos, continuará presionando para que las autoridades garanticen la paz y la seguridad, tanto para los migrantes como para los ciudadanos de Chiapas. Cañavera concluyó enfatizando que la solución a los problemas de seguridad no puede pasar por un enfoque militar que criminalice a los migrantes, sino que debe priorizar la protección de la vida y la dignidad humana.
Con información de Diario del Sur