El Estado palestino / Claudia Corichi

El mundo comienza a reaccionar. A iniciativa de Francia y Arabia Saudita se celebró en la Asamblea General de la ONU una conferencia para promover el reconocimiento del Estado palestino y la solución de los dos Estados. En las últimas horas diez países lo respaldaron, sumando 157 de sus 193 naciones miembro.

Reino Unido, Canadá, Australia y Portugal dieron el paso el domingo, mientras que Francia, Bélgica y otros cuatro territorios europeos lo hicieron el lunes. Ese día, la presidenta Claudia Sheinbaum demandó el fin del genocidio en Gaza y avaló un Estado palestino con el reconocimiento de su Embajadora en nuestro país, una decisión consecuente con la histórica política exterior mexicana en estos conflictos.

La “Declaración de Nueva York” aprobada en la conferencia pide un alto al fuego inmediato en la Franja, la liberación de los 48 rehenes israelíes (de los que se cree que la mitad ya han fallecido) y el desarme del grupo islamista Hamás que además debe ser excluido de un futuro gobierno.

A pesar del moderado exhorto a Israel, su primer ministro respondió desafiante que no habrá nunca un Estado palestino al Oeste del Río Jordán que es donde se estableció el territorio palestino porque asegura que esa tierra les pertenece, desconociendo la realidad.

El reconocimiento evidencia el rechazo a la política genocida de Netanyahu que se queda cada vez más solo en la escena internacional, aunque con el apoyo de Estados Unidos. Lo urgente ahora es el cese de la invasión israelí en suelo gazatí y la entrada de víveres y bienes de primera necesidad.

La resistencia global a la hambruna y el genocidio se ha hecho patente en Madrid con la suspensión de la Vuelta ciclista; en Italia, con la gran huelga general en 100 ciudades y el avance de la Flotilla Global Sumud que intenta romper el ilegal e inhumano asedio sobre el enclave.

Casi todo el mundo repudia la ofensiva militar que Israel comenzó tras los atentados terroristas de Hamás que ha dejado más de 65 mil personas asesinadas en la Franja, la mitad mujeres y niños, la destrucción del 90% de las viviendas y una hambruna declarada por la ONU. Cerrados todos los pasos fronterizos a su alrededor, Gaza es ahora la mayor prisión al aire libre del planeta en la que se hacinan adultos mayores e infancias.

El respeto del Estado hebreo al Derecho internacional ha sido nulo desde siempre. El Plan de partición de la ONU de 1947 establecía dos Estados, uno para los palestinos y otro para los judíos, un mandato que no se ha cumplido desde entonces.

La Comisión Internacional Independiente sobre los territorios ocupados, aseguró que Israel comete genocidio en Gaza precedido por décadas de ocupación ilegal y represión bajo una ideología que exigía la expulsión de sus tierras y su reemplazo. En Cisjordania, el otro enclave palestino se han creado 200 asentamientos con más de 700 mil colonos judíos, un incumplimiento más.

Mientras la ocupación continúe se dificulta en extremo que pueda existir un Estado Palestino soberano; el apoyo cerrado de Trump a los planes de Netanyahu complica más ese objetivo.

Ayer comenzó el periodo de sesiones de la ONU que en un mes cumple 80 años de su fundación, un organismo debilitado frente a los conflictos globales y la división entre naciones. Ahí se conocerá la postura y la visión que cada país tiene sobre la paz y la humanidad. Así lo registrará la historia, no lo olvidaremos.

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