El humanista / Javier Aguilar Roque

Sheinbaum: Entre la Continuidad y la Innovación en la Cuarta Transformación

La continuidad ideológica entre AMLO y Sheinbaum es innegable. Ambos provienen de una tradición de izquierda que busca reivindicar los valores de la Revolución Mexicana, y ambos comparten un compromiso profundo con el «humanismo mexicano», una filosofía centrada en la justicia social y la atención a los más vulnerables. Este marco ideológico fue el pilar de la gestión de AMLO y será también el de Sheinbaum. Sin embargo, mientras AMLO se proyecta como un líder carismático y extrovertido, con un estilo de gobernar populista y apegado a sus raíces rurales, Sheinbaum presenta un perfil tecnocrático, más reservado y pragmático, influenciado por su formación científica y su experiencia en la administración pública.

Este contraste se refleja también en sus orígenes y trayectorias. AMLO, oriundo de Tabasco, creció en un entorno rural y se formó en la política tradicional de las regiones, inicialmente dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Sheinbaum, por otro lado, nació y creció en la Ciudad de México, en un entorno urbano, cosmopolita y de clase media alta, hija de científicos inmigrantes. Su incursión en la política fue a través de la academia y la administración pública, lo que la ha dotado de una perspectiva técnica y moderna, distinta al enfoque más político y empírico de AMLO.

A pesar de estas diferencias, Sheinbaum ha sido enfática en que no se distanciará de su predecesor. Al contrario, ha manifestado su intención de construir el «segundo piso» de la Cuarta Transformación sobre las bases establecidas por López Obrador. Sin embargo, esto no implica una subordinación; Sheinbaum es consciente de la necesidad de marcar su propio estilo de gobierno, más enfocado en la eficiencia y la implementación de políticas basadas en evidencia, especialmente en áreas como el cambio climático y la sostenibilidad energética, donde sus conocimientos científicos pueden aportar un enfoque más especializado que el de AMLO.

Es interesante observar cómo Sheinbaum maneja la relación con Morena, el partido oficialista que ella misma ayudó a consolidar junto a AMLO. Aunque ha sido clara en que no se deslindará ideológicamente del presidente, también ha adelantado que tomará cierta distancia del partido para representar a «todas y todos los mexicanos» como presidenta. Esta declaración puede interpretarse como un esfuerzo por proyectar independencia y evitar ser percibida como una extensión del mandato de AMLO, buscando consolidar su autoridad como líder nacional.

En resumen, Claudia Sheinbaum enfrenta el desafío de continuar con la Cuarta Transformación mientras imprime su propio sello a la presidencia. Aunque comparte con AMLO el compromiso con un proyecto de izquierda, sus diferencias en estilo, personalidad y formación pueden llevar a un gobierno que, si bien mantiene la misma dirección ideológica, lo haga con una mayor orientación técnica y pragmática. Esta dualidad entre continuidad e innovación será clave para definir su mandato y el futuro del país.

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