El humanista / Javier Aguilar Roque

Chiapas: Transparencia, silencio y sombras en la antesala de un cambio de gobierno

El reciente robo de documentación en las instalaciones de la Auditoría Superior del Estado (ASE) de Chiapas no solo ha dejado en evidencia la fragilidad de la seguridad en las instituciones de transparencia en el estado, sino también ha puesto a prueba la capacidad de respuesta de un gobierno en sus últimos días. El evento del 8 de noviembre, en el que desconocidos sustrajeron cajas con información sensible, ha sido percibido por líderes políticos y sociales como un atentado directo contra la transparencia y la rendición de cuentas.

La postura de figuras clave en el Congreso de Chiapas, como Luis Ignacio Avendaño Bermúdez y Mario Guillén Guillén, deja claro el repudio y la gravedad con que se considera este acto. Avendaño lo calificó como un “ataque directo a la transparencia,” mientras que Guillén fue más allá, señalándolo como un “atentado contra la democracia.” Ambos reclaman una respuesta clara de la ASE y exigen la intervención de la fiscalía para dar con los responsables.

Apenas tres semanas antes de la transición de gobierno, este incidente refleja la enorme desconfianza en las instituciones del estado. ¿Cómo garantizar justicia y transparencia si los organismos que deben vigilar los recursos públicos son tan vulnerables? La ciudadanía, especialmente en una región como Chiapas, donde la corrupción y la impunidad han sido recurrentes, necesita una respuesta firme y rápida. El silencio de las autoridades estatales, encabezadas por el gobernador Rutilio Escandón, no solo profundiza la desconfianza, sino que parece confirmar la percepción de un gobierno débil y falto de compromiso con la rendición de cuentas.

A este evento se suma la preocupación generada por los hallazgos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) respecto a los manejos financieros en el gobierno de Escandón. Las irregularidades detectadas por la ASF ascienden a 2 mil 576 millones de pesos, relacionados con contratos asignados a empresas factureras. Esta cifra no es solo una estadística preocupante; representa recursos que podrían haber sido destinados al desarrollo y bienestar de una entidad que enfrenta altos índices de pobreza y rezago social. Chiapas necesita que sus líderes prioricen los intereses de la gente, y no el lucro de unos cuantos.

La presidenta Claudia Sheinbaum, durante su conferencia matutina, fue cuestionada sobre estos hallazgos y la falta de acciones por parte del gobierno de Chiapas. Aunque Sheinbaum no ha discutido el tema con Escandón, recalcó la importancia de los procesos de auditoría y la relevancia de conocer sus procedimientos. Esto, no obstante, genera cuestionamientos sobre la falta de presión política desde el centro del país para atender la situación en Chiapas. ¿Es acaso un indicio de que la federación también optará por el silencio, dejando el tema sin consecuencias?

La tecnología ha permitido avances en los mecanismos de auditoría y fiscalización. De hecho, la ASE cuenta con respaldos digitales, según afirmó el Auditor Especial Wenceslao Calderón Maza. Sin embargo, la pregunta va más allá de la protección de documentos: ¿Qué clase de democracia permite que las instituciones encargadas de fiscalizar sean vulnerables a este tipo de ataques? ¿Qué implica para un estado como Chiapas que la autoridad permita este tipo de acciones en plena luz pública?

Rutilio Escandón parece estar entregando un estado en el que las instituciones clave están en crisis y la sombra de la corrupción amenaza con desbordar cualquier intento de transparencia. Un gobernador que, en lugar de cimentar su legado con acciones en beneficio de Chiapas, se hunde en el silencio y la opacidad. De continuar en esta línea, su administración pasará a la historia como una de las más grises, marcada por la frivolidad y la permisividad hacia el crimen organizado. En la recta final de su gobierno, Escandón tiene una última oportunidad para hacer algo diferente: salir del mutismo, responder a las demandas de justicia y rendición de cuentas y dejar una huella positiva en la historia de Chiapas.

Este es un momento crucial para el estado. La ciudadanía merece respuestas y acciones contundentes.

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