El «Kaoz» de Tuxtla

En la capital de Chiapas operan desde hace tiempo ciber-cafés que, entre otros servicios, ofrecen bebidas alcohólicas y cabinas privadas para sexo gay clandestino

Rodrigo Ramón Aquino

[dropcap]E[/dropcap]n el inframundo de Tuxtla Gutiérrez hay un «Kaoz», o había, porque el pasado 7 de junio, la Procuraduría General de Justicia del Estado lo clausuró por vender bebidas alcohólicas y «otros servicios», aunque su giro era de cibercafé.
En un comunicado, la dependencia detalló «… se realizó un operativo en el establecimiento conocido como cyber «Kaoz» que se encuentra sobre la 4ª. Poniente y Avenida Central de Tuxtla Gutiérrez. Dicho lugar fue clausurado por la Secretaría de Salud al no contar con licencia para la venta de bebidas alcohólicas. Asimismo, durante la revisión se localizaron diversas cabinas privadas donde se exhibían páginas pornográficas, así como residuos de preservativos, por lo que la autoridad competente ya realiza la investigación correspondiente para determinar la comisión de otros delitos».
–Ja, ja, ja, y eso no es nada, papito. Déjame de cuento.
Ramiro es un joven profesionista homosexual, cliente frecuente de este tipo de establecimientos, de los que afirma hay como cuatro o cinco en pleno centro capitalino. ¿Qué ocurre ahí además de navegar en internet? Él nos cuenta.
«Era un ciber gay para contactos sexuales, así de simple; y la mejor manera de ocultarse era estar a la vista de todos, así funcionó como tres o cuatro años. Había servicio de internet, pero ninguna máquina estaba a la vista, había puras cabinas y un chat interno para hacer los contactos.»

–Hola.
–Hola, qué tal. Qué buscas.
–No pues aquí pasando el rato, ya sabes.
–Ah, sí, y cómo te gusta pasar el rato.
–Pues haciendo cosas, ya sabes.
–Y qué te late, qué rol.
–Pss, inter.
–En qué cabina estás.
–En la 14 y tú.
–En la nueve.
–¿Puedo ir a tu cabina?
–¿Cómo eres?
–Pues soy medio llenito pero la mamo bien rico.
–Ja, no pues mejor nos asomemos. Salgamos tantito. Nos veamos en el pasillo.
–Va.

–Entonces qué, ¿voy?
–Va.

De acuerdo a Ramiro, el Kaoz tenía las mejores instalaciones. Cerca de 25 cabinas privadas de aproximadamente 1.5 por 1.5 metros, climatizadas. El acceso al «ciber» era por unas escaleras a una sala de espera ubicada en una segunda planta, ahí se hacía el tiempo necesario para pasar a la recepción donde un chico preguntaba qué servicio se requería: ¿Cabina o sauna?»
–Cómo, ¿también había sauna? Eso no lo dijeron en el reporte oficial.
–Sí, una puerta contigua te llevaba a él. El vapor tenía regadera –usarla era mostrarte a todos desnudo–, un cuarto para cambiarte, lockers y una sala con reclinables y una pantalla donde siempre estaba pasando una porno. Ya te imaginarás cómo se ponía.
–En realidad no. Pero dime, qué se ha comentado entre la comunidad, ¿tienen miedo o algo?
–Ah, ve. Miedo por qué, chulo. Lo que se dice es que ojalá lo abran pronto porque hay pocos lugares como ese para nosotros.

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