A partir de lo llamados atributos didácticos se lleva a cabo la transmisión de conocimiento, razón por la cual, las pantallas de computadora o televisión jamás podrán sustituir el trabajo docente
Aquínoticias Staff
Las grandes maestras y maestros universitarios comparten al menos dos características: el dominio de la materia, pues no puede alguien dedicarse a esta profesión sin tener un conocimiento consistente de los contenidos; y sus cualidades docentes, didácticas, esto es, los atributos para comunicar los contenidos, considera el director del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE), Hugo Casanova Cardiel.
«Existe gente muy conocedora de su campo que no tiene todas las capacidades para difundirlos, entonces hace falta desarrollar habilidades para la comunicación del conocimiento, lo que llamamos atributos didácticos».
Las y los maestros enfrentan la disyuntiva de explicar de una manera clara contenidos complicados, o volver sencillos intrincados conocimientos. «Lo deseable es que, sin quitarle profundidad o densidad a lo complejo, se pueda volver transmitible. No se trata de hacer una caricatura de significados complejos o volver el conocimiento simplón, sino de hacerlo comunicable», precisa.
Con motivo del Día del Maestro, que se celebra el 15 de mayo, destaca que la principal tarea de la universidad es la docencia, pues se debe a la transmisión del conocimiento y a la formación de los sujetos que aspiran a tener el dominio de un campo del saber.
A partir del siglo XIX surgió en Alemania la idea de la universidad de investigación; se trata de que tengan funciones de docencia, investigación y extensión de la cultura. «Es una triada de actividades sustantivas, pero en la universidad se comienza por la docencia, por la formación de sujetos que se acercan a esta institución», afirma.
Casanova Cardiel destaca que «no se trata solamente de la formación de profesionales, sino de universitarios, entendidos como los sujetos sociales que acceden al conocimiento de una manera rigurosa y sistemática. También se trata de la formación de ciudadanos maduros, por ello desde el inicio se comienzan a trabajar condiciones de ciudadanía y socialización. No hay duda de que es en la universidad donde se consolidan estos elementos», añade.
Dentro de la dimensión de ciudadanos maduros se ubica la perspectiva de género, que en los últimos tiempos ha quedado claro que es indispensable para la formación universitaria. «Es un elemento crucial, los hechos sociales del siglo XXI nos dejan muy claro que, sin el tratamiento de la perspectiva de género, la Universidad no está completa», asegura.
Los docentes normalistas y universitarios obedecen a ámbitos distintos: los primeros son indispensables en el país, pues atienden en un primer momento a la formación de la niñez y de la juventud; mientras que los segundos entran en la etapa universitaria y responden a problemáticas de jóvenes y adultos, dando ciertas orientaciones. «No son dos elementos contrapuestos, sino complementarios y muy necesarios en la sociedad», enfatiza.
Factores irremplazables
Para el especialista, el Día del Maestro representa un motivo de celebración, y eso es adecuado porque nos llevan a la reflexión. La efeméride invita a valorar cómo se están formando las maestras y los maestros de nuestro país en todos los niveles, tanto los docentes normalistas como los universitarios.
«Tenemos que pensar y repensar si los esfuerzos que se están haciendo para la formación de todos ellos es adecuada, si las condiciones en las cuales trabaja el magisterio nacional son apropiadas, si los salarios para los profesores y las profesoras son adecuados. Ya José Vasconcelos, hace casi 100 años, hablaba de que el magisterio mexicano estuviera bien pagado. No nos cansaremos de decir que el magisterio necesita ser reconocido por la importancia de sus tareas, pues tiene que ver con la formación de los profesionales de todas las especialidades», subraya.
De acuerdo con Casanova Cardiel, el magisterio es el «banderazo de salida» para la formación de mexicanas y mexicanos y el elemento que incide a que podamos comunicarnos de una forma educada, además de tener acceso a las letras y a los números.
«Nos hemos dado cuenta que las aulas no se mueven automáticamente a la sala o a la cocina de las casas, y que las madres y padres de familia no pueden suplir de una manera sencilla al profesorado. Mucho menos las pantallas de televisión o de computadora pueden reemplazar el conocimiento experto de estos profesionales», asevera.
El especialista considera que la pandemia nos deja como resultado una revalorización del trabajo magisterial, tanto en el ámbito básico como en el superior. «Los maestros y maestras son factores irremplazables en el hecho educativo».
Casanova Cardiel reconoce que el mundo digital resultó un reto significativo para las y los profesores, quienes han tenido que desarrollar habilidades en el manejo de las computadoras, lo cual es afortunado. «Sin embargo, este país tiene una brecha digital muy importante, pues más de la mitad de la sociedad mexicana carece de acceso a herramientas tecnológicas adecuadas».