El rostro del silencio

Soy el que por momentos vive detrás de una delgada máscara de pintura. El rostro blanco y la boca roja son mis características

Óscar Aquino/Portavoz

[dropcap]A[/dropcap]prendí a hablar sin palabras. No sé en qué momento descubrí mi pasión por hacerlo, pero, desde entonces lo vivo a diario, con todas mis fuerzas.
Soy el que por momentos vive detrás de una delgada máscara de pintura. El rostro blanco y la boca roja son mis características. Voy por la calle; me presento en teatros o en fiestas regalando humor a todos, contando mudas historias con mis gestos.


Cada día vivo mi ritual de transformación. Paso de ser el ciudadano común y corriente, quien trabaja en una oficina, paga impuestos o sufre de repentinos dolores de cabeza por el tránsito vehicular, para convertirme en un ser místico, empático con el público, aunque por dentro sea distinto. El artista del silencio.
Sabrás encontrarme fácilmente si me ves por la calle. Mi sombrero de bombín, mi playera a franjas blancas y negras, y los tirantes sobre los hombros, son mis distintivos. Quizá si nos vemos algún día, te regale una rosa o te haga reír. Si tú sonríes o me regalas un aplauso, seré el mimo de siempre, pero más feliz que antes.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *