Las cocinas haitianas y africanas en Tapachula enfrentan su extinción: el cierre de fronteras vació los platos, los locales… y la esperanza
AquíNoticias Staff
Tapachula vive el ocaso de su diversidad gastronómica migrante. Restaurantes que ofrecían sopa de maní haitiana o arroz con sardina africano ahora ven vacías el 90% de sus mesas. «Antes vendíamos 80 comidas diarias, hoy solo 10», lamenta una mexicana dueña de un local con su esposo africano frente a una clínica desolada.
Según Islugardo Escobar, directora de Relaciones Internacionales del ayuntamiento, de 15,000 migrantes atendidos, 9,000 eran haitianos. «Semanalmente apoyamos a 600 haitianos que buscan integrarse mediante negocios», explica. Pero el endurecimiento de políticas migratorias ha reducido drásticamente el flujo de clientes.
«Las fronteras se cerraron. Las ventas cayeron 90% y solo queda una empleada», detalla la restaurantera, quien considera cerrar. Su caso refleja una tendencia: al menos 12 locales han desaparecido en seis meses según registros municipales.
Algunos migrantes reinventan sus oficios. Etienne, profesor haitiano, ahora imprime camisetas en su taller Grafitec Servicio. «Aprendí serigrafía en Brasil. Es difícil, pero sigo aquí», cuenta mientras diseña en su casa-taller. Como él, muchos cambian cuchillos por tijeras o máquinas de coser.
El municipio ofrece capacitación y trámites, pero la incertidumbre persiste. Mientras, en la calle Central, los letreros de «Fritay» (comida haitiana) se apagan uno a uno. Lo que fue un paisaje multicultural hoy son locales vacíos: el fin de una era en la frontera sur.
Con información de Diario del Sur