El Síndrome del Ojo Seco: qué es y qué lo alivia

La xeroftalmia es una condición que afecta la secreción lagrimal, generando incomodidad, irritación e incluso alteraciones visuales, pero ¿qué lo causa?, exploremos los factores de riesgo y el aliado para combatirlo

Aquínoticias Staff

Las lágrimas artificiales, comúnmente conocidas como gotas para los ojos, son una solución oftalmológica vital para quienes sufren el síndrome de ojo seco o xeroftalmia. Esta condición afecta la secreción lagrimal, generando incomodidad, irritación e incluso alteraciones visuales. A pesar de su nombre, las lágrimas artificiales están lejos de ser una metáfora para «lágrimas de cocodrilo»; en realidad, son un recurso crucial para mantener la salud ocular de millones de personas en todo el mundo.

¿Qué es el Síndrome de Ojo Seco?

La xeroftalmia, también conocida como queratitis seca, es una condición que se caracteriza por la falta o escasez de secreción lagrimal, lo que provoca sequedad en la superficie ocular. Según la Real Academia Nacional de Medicina de España (Ranm), esta sequedad corneoconjuntival puede resultar en una sensación constante de escozor y fatiga ocular. Las personas que sufren de xeroftalmia experimentan síntomas que van desde irritación y enrojecimiento ocular hasta intolerancia a la luz y problemas para abrir y cerrar los ojos con normalidad.

Causas del Síndrome de Ojo Seco

El síndrome de ojo seco puede surgir por varias razones, algunas de ellas relacionadas con deficiencias nutricionales o enfermedades subyacentes. Según la Ranm, una de las causas más comunes es la falta de vitamina A, un nutriente esencial para la salud ocular. Además, enfermedades autoinmunes como el síndrome de Sjögren o la artritis reumatoide, quemaduras oculares, y reacciones alérgicas a medicamentos pueden contribuir al desarrollo de esta condición.

Por otro lado, el Forum de Contactología, Ciencia y Negocio añade otras causas modernas, como el uso frecuente de lentes de contacto y la prolongada exposición a dispositivos electrónicos. El uso de pantallas, ya sea de computadoras, tabletas o teléfonos móviles, disminuye el parpadeo y, por tanto, la producción de lágrimas, agravando la sequedad ocular. Además, factores ambientales como vivir en zonas de clima seco o frío y la exposición al aire acondicionado pueden empeorar el síndrome.

Consecuencias para la salud

El síndrome de ojo seco no solo genera molestias superficiales, sino que puede tener consecuencias graves si no se trata adecuadamente. José Manuel Benítez del Castillo, director de la Clínica Oftalmológica de Madrid, enumera algunas de las complicaciones que pueden surgir si la película lagrimal se deteriora. Estas incluyen enrojecimiento ocular, intolerancia a la luz y alteraciones visuales que afectan la calidad de vida diaria.

Además, la incapacidad para cerrar los ojos adecuadamente puede provocar daños adicionales en la superficie ocular, aumentando el riesgo de infecciones y complicaciones más serias en la visión. Dado que la película lagrimal protege y lubrica el ojo, su deterioro constante es una amenaza directa a la salud ocular.

Lágrimas artificiales: una solución necesaria

Ante este panorama, las lágrimas artificiales se han convertido en una solución esencial para quienes padecen de ojo seco. La Clínica Baviera describe este producto como un compuesto que imita la composición química de las lágrimas naturales, proporcionando la humedad que los ojos necesitan para funcionar correctamente. Se utilizan no solo para aliviar el enrojecimiento ocular, sino también como un tratamiento complementario en cirugías oculares y como una herramienta diaria para quienes experimentan sequedad crónica.

Las lágrimas artificiales no requieren receta médica en la mayoría de los casos y están disponibles en diversas formulaciones, desde soluciones acuosas hasta geles más densos que proporcionan alivio prolongado. Para quienes sufren de sequedad ocular leve, una aplicación ocasional de lágrimas artificiales puede ser suficiente para mantener la hidratación ocular. Sin embargo, en casos más severos, los oftalmólogos pueden recomendar un uso más frecuente o productos específicos según las necesidades individuales de cada paciente.

El impacto del uso prolongado de dispositivos electrónicos

Un tema importante que ha exacerbado los casos de ojo seco en los últimos años es la dependencia creciente de las pantallas electrónicas. Estudios recientes indican que el uso prolongado de dispositivos como computadoras y teléfonos móviles reduce la frecuencia de parpadeo, lo que resulta en una menor producción de lágrimas. Este fenómeno es particularmente preocupante en niños y adolescentes, cuya exposición a las pantallas ha aumentado significativamente, afectando no solo su salud ocular, sino también su desarrollo cognitivo y social.

La exposición continua a dispositivos electrónicos puede generar un círculo vicioso: cuanto más tiempo se pasa frente a una pantalla, mayor es la sequedad ocular, lo que lleva a un mayor uso de lágrimas artificiales. Por ello, los expertos recomiendan tomar descansos regulares para permitir que los ojos se rehidraten de manera natural.

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