Una burocracia lenta obliga a los comerciantes guatemaltecos a recurrir a cruces irregulares, donde quedan expuestos a extorsiones, denuncian
AquíNoticias Staff
Comerciantes guatemaltecos que cruzan a Chiapas reportan extorsiones sistemáticas por parte de grupos criminales que operan en el río Suchiate. Según testimonios recabados, las balsas informales se han convertido en puntos de control donde se exigen pagos forzados para permitir el tránsito.
«El peligro no es Tapachula, sino el cruce», explica un vendedor anónimo. La situación ha reducido hasta en 40% el flujo habitual de guatemaltecos, según estimaciones de líderes comerciales locales. Quienes arriesgan el viaje evitan llevar vehículos o efectivo visible.
La Tarjeta de Visitante Regional (TVR), documento clave para el ingreso legal, presenta problemas de renovación. «Muchos tenemos permisos vencidos y las autoridades no agilizan los trámites», denuncia una comerciante de Quetzaltenango. Esto fuerza a cruces irregulares donde opera la delincuencia.
Paradójicamente, el poder adquisitivo del quetzal en México mantiene el flujo comercial. «Un dólar me rinde hasta 30% más en Tapachula», comenta un comprador de Huehuetenango que adquiere electrodomésticos para revender.
Mientras en Guatemala predominan robos comunes, la frontera mexicana enfrenta un patrón distinto: «Aquí te asaltan, allá te pueden desaparecer», describe un transportista de mercancías con 15 años de experiencia en la ruta.
Autoridades municipales reconocen el problema pero alegan limitaciones jurisdiccionales: «El Suchiate es federal», explica un oficial anónimo. Mientras, comerciantes piden operativos conjuntos y ventanillas móviles para renovar TVRs, medidas que hasta ahora no se concretan.
Con información de Diario del Sur
