El vigilante volcánico que México enviará al espacio

Con el lanzamiento del nanosatélite Gxiba-1 en 2025, el país se posiciona como pionero en la prevención de desastres volcánicos desde el espacio, gracias a tecnología avanzada y colaboración internacional

Aquínoticias Staff

En un paso histórico para la ciencia y la tecnología mexicana, el país se prepara para lanzar el nanosatélite Gxiba-1 en 2025 desde la Estación Espacial Internacional (EEI). Este proyecto, liderado por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y respaldado por la Agencia Espacial Mexicana (AEM), tiene un propósito único: monitorear la actividad volcánica en los 12 volcanes activos de México, con especial atención en el Popocatépetl.

El Gxiba-1, cuyo nombre proviene de una expresión zapoteca relacionada con el universo y las estrellas, representa un esfuerzo de colaboración internacional entre México y la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA). Su diseño y desarrollo fueron posibles gracias al concurso global KiboCUBE, organizado por la JAXA y la Oficina de las Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Exterior (UNOOSA).

La misión: prevenir desastres volcánicos

El nanosatélite tendrá como principal tarea recopilar información sobre las emisiones de gases como dióxido de azufre y dióxido de carbono, claves para predecir posibles erupciones volcánicas. Estos datos serán procesados mediante algoritmos de inteligencia artificial, permitiendo identificar patrones en la actividad volcánica y reforzar los esfuerzos de protección civil.

El director del proyecto en la UPAEP, Eugenio Urrutia Albisua, destacó que el monitoreo espacial del Popocatépetl y otros volcanes activos es crucial debido a su proximidad a zonas densamente pobladas. “Este tipo de tecnologías no solo protege infraestructura crítica, sino que salva vidas al mejorar la capacidad de respuesta ante emergencias”, señaló.

Tecnología para la seguridad nacional

La información generada por el Gxiba-1 será utilizada para evaluar parámetros críticos como sismos internos, deformaciones superficiales y emisiones volcánicas. Estas mediciones respaldarán decisiones clave sobre ajustes en la alerta volcánica y la implementación de planes de evacuación.

El Popocatépetl, por ejemplo, tiene un historial de ciclos eruptivos cada 70 años, lo que resalta la importancia de contar con datos precisos para analizar patrones históricos y actuales. Este enfoque científico y preventivo permitirá mitigar riesgos asociados con la actividad volcánica, que afecta no solo a comunidades locales, sino también a la infraestructura aeroportuaria y de transporte.

Un hito en la carrera espacial mexicana

El Gxiba-1 marca el segundo nanosatélite mexicano desplegado desde la EEI, después del exitoso lanzamiento del AztechSat-1 en 2019. Este precedente no solo consolidó la reputación de México en la arena espacial, sino que también sentó las bases para proyectos más ambiciosos, como el desarrollo de un sistema nanosatelital con componentes 100% nacionales previsto para 2025.

La participación en el programa KiboCUBE subraya el talento mexicano en el sector aeroespacial, ya que la UPAEP se convirtió en la segunda institución latinoamericana en superar todas las fases del riguroso concurso. Además, la JAXA reconoció que este proyecto fortalecerá la presencia de México en iniciativas espaciales internacionales.

El futuro de México en el espacio

Durante el Congreso Nacional de Actividades Espaciales 2024, Andrés Martínez, ejecutivo de la NASA, elogió las capacidades técnicas de los ingenieros mexicanos, destacando su calidad comparable a la de sus pares estadounidenses. Este reconocimiento, junto con más de una década de cooperación entre la AEM y la NASA, posiciona a México como un actor emergente en la exploración espacial.

Con el lanzamiento del Gxiba-1, México no solo avanza en la ciencia y tecnología espacial, sino que también refuerza su compromiso con la seguridad de su población y la protección del medio ambiente. Este nanosatélite será un vigía desde el espacio, brindando información crucial para anticipar desastres y construir un futuro más seguro para millones de mexicanos.

Con información de El País

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