Elecciones 2016, «parteaguas» para 2018

Después de estos comicios quedará más claro el futuro electoral del país, habitantes de 13 estados y la capital darán su voto en un escenario de contingencias ambientales, violencia, pobreza y crisis

Redacción

[dropcap]E[/dropcap]n unas horas, cuando se conozcan los resultados de la jornada electoral de este domingo, el camino rumbo a 2018 quedará asfaltado y el paisaje del futuro más claro. Casi 30 millones de mexicanos saldrán a las urnas en 13 estados y la capital del país mientras pesan en el aire ese 66 por ciento de desaprobación para la gestión del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, y ese 76 por ciento que también reprueba al Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera.
La desaprobación de los Gobiernos –dice el estudioso de procesos electorales, Eduardo Huchim- se origina en el coctel de desaceleración económica, descomposición social, contingencia ambiental y violencia que se encuentra en estos momentos en cualquier rincón de México.
Pero la capital del país es el epicentro de esa crisis. Los habitantes de la Ciudad atestiguarán hoy una elección histórica en la que se obtendrá un Constituyente que redactará una nueva Constitución política. La mala calidad del aire, la violencia callejera, el mal funcionamiento del transporte público y la falta de medidas efectivas por parte del Gobierno pesan, a querer o no, en el ánimo.
Los estados que cambiarán Gobernador son Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas. Salvo en Puebla, también se renovarán los Congresos locales y ayuntamientos. Baja California sólo votará por el Congreso y alcaldías.
En tres de esos estados, el fantasma más terco es el hambre. Los datos del Consejo Político de Evaluación de la Política Social (Coneval) la describen: Puebla ocupa el segundo lugar de pobreza por porcentaje y el tercero por cantidad de población con ingresos por debajo de la línea aceptable. Son casi siete de cada 10 (69.7 por ciento), es decir, 4.3 millones de personas. Oaxaca tiene el tercer lugar y el noveno por cantidad de población con ingresos. Casi siete de cada 10 (68.8 por ciento), 2.7 millones de personas. Veracruz está en el séptimo lugar por porcentaje y el segundo lugar por cantidad de población con ingresos. Más de seis de cada 10 (63 por ciento), cinco millones de personas.
Y las dos elecciones con mayor relevancia por el peso electoral que representan son Veracruz, la tercera entidad con mayor número de votantes (7.9% del total), y Puebla, la quinta (5.6% del electorado). Los dos estados vivirán un proceso peculiar: su próximo Mandatario se quedará sólo 22 meses. Este proceso fue avalado por los Congresos estatales con el argumento de homologar los comicios gubernamentales en 2018. Según los legisladores locales, al empatar la elección estatal con la federal se acabará con la «escalera» electoral a lo largo del sexenio, se reducirán los costos de los proceso electorales y aumentará la participación ciudadana en las urnas.
En Veracruz nunca ha ganado nadie que no sea el PRI, pero por su tamaño, una derrota no sólo sería simbólica para la oposición, sino provocaría una enorme descompensación de voto para el tricolor si se piensa en las elecciones presidenciales.
En estas elecciones, Javier Duarte Ochoa, de Veracruz, es uno de los Gobernadores salientes más cuestionados. En su sexenio, 20 periodistas fueron ultimados, entre ellos el fotógrafo Rubén Espinoza y la reportera Regina Martínez, ambos del semanario de alcance nacional, Proceso. Además, en esa entidad porteña aún late el caso Tierra Blanca. En enero de este año, policías estatales «levantaron» a cinco jóvenes de los que hasta ahora, no se sabe nada.
En plena crisis de desempeño de Duarte, el PRI, el partido que hace seis años lo postuló, nombró a un político desligado de él: Héctor Yunes Landa. En una entrevista radiofónica expresó que el Mandatario por salir era «un lastre» para su campaña y sus aspiraciones. A Landa lo apoya incluso Arturo López Obrador, hermano de Andrés Manuel (el dirigente moral de Morena).
En Puebla, quien asuma la Gubernatura en los próximos meses deberá enfrentar el legado de Rafael Moreno Valle, quien emanó del Partido Acción Nacional (PAN). Su administración tiene una deuda de ocho mil 608 millones de pesos y cientos de personas en prisión que se asumen como presos políticos. Todo ocurre en una entidad que tiene el cuarto sitio en número de ciudadanos en pobreza extrema.

(Con información de SinEmbargoMX)

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