Un chiapaneco como pocos, en conmemoración de su nacimiento, te traemos el recuento de su vida sin superficialidad
Sergio Morales / Aquínoticias
Emilio Rabasa Estebanell tuvo diversos cargos públicos, fundó un periódico, fue diputado, docente y gobernador de Chiapas, hoy rememoramos a el jurista, un chiapaneco muchas veces recordado de forma superficial.
Nació en el municipio de Ocozocoautla de Espinosa Chiapas un 22 de mayo de 1856, hijo de José Antonio Rabasa Catalán y Manuela Estebanell, quien migró hacia Estados Unidos cuando se decretó la expulsión de los españoles. Emilio ingresó en el instituto de Ciencias y Artes del estado de Oaxaca donde en 1879 egresó como abogado. Para 1881 Rabasa fue diputado local, paralelamente colaboraba en el periódico La Iberia, El porvenir de San Cristóbal de Las Casas. En 1882 se casa con Mercedez Llanez Santaella en Oaxaca y colabora en el periódico El liberal de ese estado, en esta etapa inicia su vida pública, conjugando el periodismo y la abogacía.
Musa Oaxaqueña – Pío Gil
Para 1886 se traslada a la Ciudad de México donde fue defensor de oficio, agente del Ministerio Público. En ese mismo año aparece La musa Oaxaqueña que consistía en un poema de 54 sextetas dedicado a su esposa (A Mercedes), que fue una edición poco conocida.
En la ciudad se dedica a la docencia de Economía Política en la Escuela de Comercio, al mismo tiempo que ejerce su profesión.
Una de sus primeras publicaciones es La Bola, novela que aparece en 1887 y continúan en tres volúmenes más, La gran ciencia (1887), El cuarto poder (1888), y Guerra de tres años (1891). En esos años en ya tenía amistad con el periodista Rafael Reyes Spíndola, quien lo conoce en la universidad de Oaxaca, ambos comparten un proyecto que se consuma en la fundación del periódico El Universal diario donde publicó por entregas la novela La guerra de Tres Años, Rabasa escribe para la prensa continuamente con el seudónimo de Pío Gil.
Retorno al sur
Con 34 años asume la gubernatura de Chiapas, toma posesión el primero de diciembre de 1891, convirtiéndolo en ese entonces en el gobernador más joven, su presencia en el poder ejecutivo tuvo una duración de cuatro años y fue un cambio en la política porfirista.
Algunas de sus acciones siendo gobernador fueron; establecer una policía rural dependiente de el, creó inspecciones que sometieran a los caciques, construyó caminos inspirados en la reforma de Nuevo León del ese entonces gobernador Bernardo Reyes, estableció la primera línea telefónica de Tuxtla Gutiérrez a Chiapa de Corzo, al mismo tiempo ampliando la red de telégrafos.
José Luis Castro Aguilar en el libro Bosquejos históricos de Tuxtla Gutiérrez menciona que para junio 1892 la XVII legislatura constitucional del H. Congreso del Estado autoriza al ejecutivo para trasladarse temporalmente a la ciudad de Tuxtla, el 11 de agosto del mismo año el licenciado Emilio Rabasa, gobernador constitucional del estado promulga por decreto que se «declara la ciudad de Tuxtla Gutiérrez sede de los poderes del estado de Chiapas», esto antecedido por las disputadas entre San Cristóbal de Las Casas y Tuxtla.
Docencia y Exilio
Emilio quien no dejo la docencia durante gestiones públicas fue maestro fundador de la Escuela Libre de Derecho, en la que impartió derecho constitucional de 1912 a 1930.
Fue representante del gobierno mexicano encabezado por Victoriano Huerta en las conferencias del Niágara Falls, Ontario Canadá, cuando este deja el poder Emilio se traslada a New York en 1914, sigue en sus estudios sobre derecho constitucional hasta su muerte el 25 de abril de 1930. Emilio Rabasa tuvo referencias una fue de Daniel Cosío Villegas, «fue un buen escritor, correcto, claro y brillante», incluso lo comparó con Justo Sierra.
Más allá de sus fronteras caminó Rabasa Estebanell, con una vocación periodística estuvo activo del acontecer político y social, estas breves líneas tienen el objetivo de remover la memoria, analizar el contexto, ya que es basta la obra del jurista coiteco, imposible de sintetizar ahora.
Por aquellos días andaba la política descompuesta y la situación delicada en virtud de que el descontento cundía en las poblaciones más importantes del estado, la tempestad se anunciaba como un murmullo sordo, y el mar revuelto de la opinión pública iba alzando olas que alteraban, este fragmento de capitulo III, suceso grave, de la obra «La bola» por Emilio Rabasa.
FUENTE: Castro Aguilar, J., 2014. Bosquejos Históricos De Tuxtla Gutiérrez. 1st ed. Tuxtla Gutiérrez: Susana Pilar, p.1.
Rabasa, E., 1999. La Bola. 1st ed. Tuxtla Gutiérrez, México: Consejo Estatal para la Cultura y las Artes en Chiapas, p.39.