En Chiapas, las jornadas laborales mas largas les tocan a ellas

Las mujeres dedican en promedio 17 horas más que los hombres al trabajo no remunerado, ya sea en actividades económicas o no. Las largas jornadas y el escaso reconocimiento social, aunado a la sobrecarga del trabajo doméstico, prolongan las desigualdades entre hombres y mujeres en los distintos ámbitos

Julieth Rodríguez/Portavoz

[dropcap]A[/dropcap]unque en Chiapas la cifra de varones empleados en trabajos sin pago es mayor que la de las mujeres, son ellas las que dedican más horas al desarrollo de dichas actividades, sean económicas o no, revelaron cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con los Indicadores Estratégicos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) —elaborada por ese organismo—, en el último trimestre del año 2016, de las y los 5 millones 326 mil 176 habitantes de Chiapas contabilizados, poco más del 20 por ciento permanecían ocupados (un millón 978 mil 312), a pesar que la población económicamente activa ascendía a 2 millones 44 mil 643 de chiapanecos.
De la población ocupada en la entidad, sólo 926 mil 795 eran trabajadores remunerados; 619 mil 834 hombres y 306 mil 961 mujeres. Las cifras revelan que la cantidad de empleadas remuneradas no conjunta ni la mitad del número de sus homólogos varones; y lo más preocupante, las mujeres con trabajo remunerado representan sólo el 6 por ciento del total de la población chiapaneca, aproximadamente.
Si hay desventaja para las trabajadoras que perciben un sueldo, para aquellas que no, la desigualdad es aún más evidente y esclavizadora. El reporte de la ENOE registra que hay 225 mil 623 trabajadores no remunerados en el estado; según la Encuesta Intercensal 2015 —también del Inegi—, representan el 14 por ciento de la población en Chiapas; los asalariados equivalen al 55 por ciento.
Retomando la ENOE —esta vez, los Indicadores de Género— de la población ocupada sin sueldo, 159 mil 60 son varones y 66 mil 563, mujeres; sin embargo, a pesar que en Chiapas son más los hombres con trabajo sin remuneración, las mujeres son las que dedican mayor tiempo a las actividades sin pago, como se explicará a continuación.

21 horas más en actividades no económicas

Primero, hay que hacer algunas aclaraciones. Los trabajadores no remunerados ocupan su tiempo para desempeñar dos tipos de actividades, las económicas y no económicas. Actividadeseconómicas.com explica que las labores no económicas se realizan sin que generen ningún beneficio financiero real, «son actividades que se caracterizan por la ausencia de una contrapartida económica». Pueden ser funciones vinculadas al trabajo doméstico; con la autoridad pública o presencia estatal (el Ejército, la Policía, la Justicia); con la solidaridad, que busquen un beneficio exclusivamente social, con prestaciones independientes como el trabajo comunitario.
En las actividades económicas se contemplan los procesos que crean bienes y servicios, a partir de factores de producción que satisfacen las necesidades de los consumidores; es decir, se paga por ellas. La economía de un país gira alrededor de estas labores pues generan riqueza a las distintas comunidades; estas actividades económicas se dividen en primarias, secundarias y terciarias. Que generen riqueza, no significa que al trabajador se le remunerará.
Ahora bien, los 225 mil 623 trabajadores sin pago (población de 15 y más años de edad) en la entidad dedicaron, en promedio, 56 horas a realizar actividades económicas y no económicas. Esto quedó asentado en los resultados de la ENOE, tercer trimestre de 2016.
No obstante, si se cuantifica en razón de género, resulta que los varones asignaban 46 horas en promedio a labores tanto económicas como no económicas; y las mujeres, 63 horas a las mismas actividades. Es decir, ellas tenían una carga de 17 horas más que los del género masculino, dedicadas a los dos tipos de actividades.
Analizando los resultados de cada tipo de actividad, se constata que en Chiapas las personas ocupadas sin pago dedicaban en promedio 22 horas sólo para las actividades no económicas. En razón de género, los hombres sólo asignaban 10 horas para las labores de este tipo; en contraste con las 31 horas que las mujeres asignaban a esas mismas actividades. Hay una diferencia de 21 horas.
En el caso de las actividades económicas en Chiapas, las personas ocupadas sin recibir pago dedicaron 33 horas en promedio para estas labores. En razón de género, mientras las mujeres asignaron 32 horas a las actividades que aportan a la economía; los hombres, dispusieron 35 horas en promedio, para las mismas.
Sí, los varones dedican tres horas más a la economía de su comunidad; pero las mujeres aportan 21 horas de su tiempo para apoyar con manos —literal—, asistencia, atención, sabiduría y cuidados, esas actividades que generan riqueza.
Es decir, las chiapanecas dedican esas 21 horas más que los hombres, no a generar dinero sustancial, pero sí a oficios o actividades de servicio y apoyo. Desde la mujer enrolada en el Ejército o fuerza de seguridad pública; hasta aquella con liderazgo o labores de asistencia en su comunidad, como las patronas que alimentan a los migrantes a bordo de «La Bestia» en su paso por Veracruz; aquellas que cuidan enfermos y organizan campañas de salud, de donación, de civismo; que enseñan o instruyen a otros; y sobre todo las que permanecen en el hogar dedicadas al cuidado de la casa y la familia.

Separación de roles y desigualdad

Amalia García, secretaria del Trabajo y Fomento al Empleo de la Ciudad de México e integrante del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, escribió para México Social, revista del Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social, A.C., que las mujeres continúan haciendo la mayor parte del trabajo no remunerado y de éste, la sobrecarga del trabajo doméstico es una de las razones por las que tienen baja participación en el mundo laboral remunerado.
Aclara que todas las sociedades dependen del trabajo doméstico no remunerado, pero las labores que lo integran son casi invisibles, con escaso reconocimiento social y jornadas largas; además, la separación de roles mantiene o prolonga las desigualdades entre hombres y mujeres en los ámbitos social, político y económico.
La Encuesta Intercensal 2015 reveló que en Chiapas las mujeres dedicaban en promedio 17 horas al cuidado de familiares u otros (menores de edad, personas con discapacidad, enfermas o mayores de 60 y más). Los hombres, un promedio de cuatro horas para las mismas actividades.
Mientras que ellas destinaban casi nueve horas para preparar y servir alimentos a su familia; ellos destinaban sólo una hora a esta labor. Para limpiar la casa, lavar o planchar la ropa de la familia, las chiapanecas disponían de siete horas; ellos, una hora con cuatro minutos. Para hacer las compras de la despensa, las mujeres ocupaban casi tres horas; ellos, sólo una. Según estos resultados, se habla de 36 horas de trabajo no remunerado para ellas, en contraste con las 15 horas de ellos.

Violación del derecho humano

Amalia García consignó en su artículo «Trabajo doméstico no remunerado» que las necesidades de la vida familiar dificultan el acceso de mujeres a trabajos demandantes y obstaculizan su movilidad laboral. Además, esta condición ocasiona que las mujeres —en la mayoría de los hogares—dispongan de una menor cantidad de horas para la recreación y ejecuten una doble jornada laboral.
«El exceso de horas de trabajo se acumula al sumar el trabajo doméstico con el trabajo en el mercado laboral, lo que no permite que las mujeres accedan al bienestar adecuado, limitándoles el tiempo para actividades primordiales, personales y de recreación, y crea una situación que compromete el bienestar de las mujeres, limitando las posibilidades de desarrollo personal. Esta falta de tiempo para la recreación puede constituir una violación a un derecho humano», expresó la especialista.

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