En Chiapas, ser profesionista ya no será un privilegio

La entidad fue elegida como una de las primeras sedes de los 330 mil nuevos planteles de la Universidad Nacional ‘Rosario Castellanos’ anunciados por la presidenta Claudia Sheinbaum. Se busca romper las barreras del acceso a la educación superior

Aquínoticias Staff

La educación en México ha sido un tema central en la agenda gubernamental desde hace décadas, pero con la creación de la Universidad Nacional «Rosario Castellanos» en Chiapas, la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo busca llevar esta visión aún más lejos. En su reciente conferencia matutina, Sheinbaum anunció la creación de 330 mil nuevos lugares para estudiantes en diversas instituciones de educación superior a lo largo de su sexenio, destacando que 150 mil de esos lugares estarán disponibles en la Universidad «Rosario Castellanos», que se expande como un proyecto de carácter nacional.

Este anuncio responde a una necesidad estructural del país: democratizar el acceso a la educación superior. Durante décadas, el acceso a la universidad en México ha sido, en muchos casos, una barrera difícil de superar para millones de jóvenes, principalmente debido a los exámenes de admisión. Estos exámenes, que fueron concebidos como una manera de filtrar a los mejores candidatos, han sido criticados por reducir las oportunidades de los estudiantes provenientes de sectores menos privilegiados. En palabras de Sheinbaum: “Los exámenes de admisión no eran más que un embudo”, señalando que estos filtros no siempre reflejan la capacidad real de los jóvenes, quienes muchas veces ya cuentan con un certificado de preparación otorgado por la Secretaría de Educación Pública. Al eliminar los exámenes de admisión en la Universidad «Rosario Castellanos», la administración busca revertir años de exclusión y abrir las puertas a más jóvenes mexicanos.

La creación de la Universidad «Rosario Castellanos» en Chiapas es particularmente significativa no solo por su nombre, en honor a la escritora y defensora de la cultura chiapaneca, sino también por el impacto que tendrá en una de las regiones más rezagadas del país en términos de desarrollo educativo. Chiapas ha estado históricamente entre los estados con menor acceso a la educación superior y altos índices de marginación. Este nuevo plantel, que iniciará operaciones en marzo de 2025, representa una oportunidad histórica para que miles de jóvenes accedan a una formación universitaria sin las barreras económicas o burocráticas que previamente los mantenían alejados.

La visión de Sheinbaum de eliminar los exámenes de admisión también responde a un enfoque más inclusivo y equitativo en la educación. En lugar de evaluar a los estudiantes a través de un único examen, las universidades «Rosario Castellanos» ofrecerán cursos propedéuticos, asegurando que todos los inscritos tengan una base sólida y un acceso real a la universidad. Esta medida no solo es una respuesta a las críticas hacia el sistema de exámenes, sino también un reconocimiento de que la educación debe adaptarse a las necesidades de los estudiantes, no al revés.

El compromiso de la administración con la educación como un derecho es evidente en la magnitud del proyecto. Además de los nuevos planteles de la «Rosario Castellanos» en Chiapas y Baja California, el plan en su primera etapa contempla la construcción de otros 30 nuevos campus a lo largo del país. Este esfuerzo no solo ampliará la matrícula universitaria, sino que también ofrecerá una gama de programas innovadores y enfocados en el futuro, como la Ingeniería en Energías Renovables y la Licenciatura en Ciencias de Datos.

En palabras del secretario de Educación Pública, Mario Delgado Carrillo, la creación de estos nuevos espacios en instituciones públicas y gratuitas es una de las mayores promesas del gobierno actual. La eliminación de las barreras económicas, como las cuotas en el Tecnológico Nacional de México y el Instituto Politécnico Nacional, también forma parte de esta transformación estructural en la educación. El objetivo es claro: asegurar que cada joven mexicano tenga el derecho a estudiar, sin importar su condición económica o su lugar de origen.

Es importante resaltar que este cambio no se limita a la expansión de la matrícula. Se trata también de un esfuerzo por modernizar la oferta educativa del país. Desde nuevas carreras en ingeniería hasta programas de posgrado en educación y cultura de paz, las universidades nacionales están preparándose para formar a las futuras generaciones de profesionales en áreas estratégicas para el desarrollo sostenible de México.

Este enfoque en la educación como un derecho y no como un privilegio es el resultado de un largo proceso de luchas sociales. Sheinbaum recordó su propio activismo en el movimiento de rechazados estudiantiles, lo que le ha permitido mantener una perspectiva clara sobre la importancia de abrir más oportunidades a los jóvenes. La educación pública ha sido, y sigue siendo, un pilar de transformación social en México, y esta nueva etapa promete ser un parteaguas en la manera en que se distribuye y se concibe el acceso a la universidad.

Con la llegada de la Universidad «Rosario Castellanos» a Chiapas, se espera no solo un aumento en la matrícula estudiantil, sino también un impacto positivo en la región, ofreciendo a los jóvenes chiapanecos una oportunidad de acceso a carreras que antes solo podían soñar. Esto tendrá un efecto cascada en el desarrollo económico y social del estado, pues una población mejor preparada está mejor equipada para enfrentar los desafíos de un mundo globalizado.

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