En el discurso de AMLO, hasta lo que no se dijo tuvo peso

El tabasqueño hizo oír su voz ante al menos 18 mil personas que acudieron a la convocatoria, no obstante, fueron evidentes las omisiones a la situación de la entidad, como los despidos de los burócratas, los proyectos mineros extranjeros, la repercusión de las reformas en la entidad, entre otras problemáticas locales

Julieth Rodríguez / Portavoz

[dropcap]A[/dropcap]glomerada bajo el sol, la multitud se congregó sobre la plancha abrasadora de concreto del Parque Bicentenario; poco a poco, fue ocupando las escalinatas del Monumento a la Bandera sin importar credos, «clases», sexos o edades pues las personas que por partes se conjuntaban en una masa heterogénea, estaban ahí para escuchar una voz: la de Andrés Manuel López Obrador.
Al menos 18 mil personas acudieron a la convocatoria que hiciera el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) para la firma del Acuerdo Político de Unidad por la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México, que suscribieron no sólo jóvenes, sino campesinos, indígenas, líderes religiosos y políticos.
El líder de cabellos canos hizo acto de presencia ante el tumulto que lo escucharía, cobijado por las miradas de los héroes de la Patria, trazados en oscura tinta sobre una blanca lona. Lo acompañaban integrantes de Morena sobre el templete, mientras la multitud ondeaba banderolas para demostrar su apoyo.
En su discurso, habló de las próximas elecciones; mencionó que de ganarlas, la corrupción —advirtió— no será tolerada, lo que generaría un ahorro de 500 mil millones de pesos; no habló de aminorarla o mantenerla a raya, sino de erradicarla; acusó a los políticos de ser quienes han robado al país pero fueron los políticos los que más llamaron la atención en este encuentro.
Asistieron al evento, el presidente en funciones del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, Rutilio Escandón Cadenas; el excoordinador general de Gabinete del actual gobierno estatal, Plácido Morales Vázquez; el senador experredista y ahora parte de las filas de Morena, Zoé Robledo Aburto; además del abuelo del gobernador Manuel Velasco, Fernando Coello Pedrero.
Fue notable que había grupos divididos en cuestión de empatías, y es que un mismo personaje bien podría ganarse aplausos lo mismo que rechiflas con la simple mención de su nombre. Fue el caso de varios de los que pasaron a firmar el pacto.
Por parte de los empresarios, destacó la presencia de Pedro Mier Ochoa, de la Unión de Gasolineros de Chiapas; el presidente del Club de Industriales, Rafael Castillejos; David Zamora Rincón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial; y el empresario automotriz y hotelero, Rómulo Farrera Escudero.
«El Peje» apeló a la unidad. Llamó a quienes estaban presentes «a no pelearse» porque se requiere de una urdimbre sólida de las redes que conforman la sociedad en general, para acabar con los principales problemas de México; por ello, dijo, no hay que reparar en las diferencias, sino echar manos de todos para transformar el país y «hacer historia».
«Más allá de unas diferencias o discrepancias, se necesita la unidad de todo el pueblo, no hay que pelearnos abajo, el problema está arriba», expresó. De ahí la importancia de dejar de lado las diferencias políticas para expulsar «a la mafia del poder» que se enriquece mientras saquea a México, añadió.
Pidió la confianza de la ciudadanía para impulsar el cambio; aseguró que las reformas estructurales que impulsó el gobierno de Enrique Peña Nieto serán revisadas y discutidas en medio de un debate nacional que, una vez concluido, se consultará al pueblo para que sea éste el que decida con base en la emisión de su voto. «Nosotros vamos a llevar a cabo la cuarta transformación de México, porque se necesita y es justo», comentó.
Habló del incremento a las gasolinas, lo que calificó de «burla» para los mexicanos puesto que lo que se necesita es el impulso de las refinerías. «Es un insulto, una burla que en México la gasolina valga más que en Estados Unidos, allá cuesta 11 pesos el litro, aquí más de 16 pesos el litro, y el salario en Estados Unidos es 10 veces superior a lo que gana un trabajador en México», expuso.
Entrevistado al final del evento habló sobre su viaje a Chicago, Estados Unidos, para reunirse con migrantes mexicanos en riesgo de deportación ante las políticas implementadas por Donald Trump, y dijo que si el presidente de México no presenta una denuncia formal ante la ONU por la violación de los derechos humanos y discriminación en los que incurre el gobierno estadunidense, él mismo lo hará.
«Si Enrique Peña Nieto no interpone la queja por violación a los derechos humanos de nuestros hermanos migrantes yo mismo iré a ponerla ante los organismos internacionales». Después de esta visita, el dirigente morenista viajó a Tabasco para replicar la reunión por el acuerdo.

Lo que no se dijo

No obstante, en su discurso son notables las omisiones. Nada mencionó de la crisis en Chiapas que ha derivado en el despido de miles de burócratas, como en el caso más reciente suscitado en la Comisión de Caminos y antes de ello, de un grupo de trabajadores de la Torre Chiapas, otro más en la Secretaría para el Desarrollo Sustentable de los Pueblos Indígenas; su homóloga de Obra Pública y Comunicaciones, así como en el Instituto de Población y Ciudades Rurales.; ni de las múltiples irregularidades en el manejo de los recursos públicos que ha detectado la Auditoría Superior de la Federación.
Menos lo hizo de la precaria situación del sistema de Salud en Chiapas que el propio diputado federal morenista Guillermo Santiago ha denunciado desde la más alta tribuna del país, tras la visita a hospitales que hizo en la entidad para constatar el desabasto de insumos y medicamentos; y que el mismo Óscar Gurría Penagos, presidente estatal de Morena, admitió conocer de primera mano desde sus años como cirujano en el sector salud, para el que trabajó.
Tampoco habló de los proyectos extractivos que, según denunció la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad-Nodo Chiapas, se han apropiado de al menos la tercera parte del estado. Estos proyectos mineros e hidrológicos son responsables de comprometer el bienestar de las áreas naturales protegidas pues mantienen su zona de influencia dentro de los polígonos de las mismas, de acuerdo con datos del Sistema de Administración Minera.
Andrés Manuel omitió hablar de la violencia de género y política que sufren las mujeres de Chiapas ni de los casos de las presidentas municipales Rosa Pérez Pérez, de Chenalhó; y María Gloria Sánchez Gómez, de Oxchuc, a quienes no se les ha restituido en sus respectivas alcaldías. Tampoco mencionó al Ejército Zapatista de Liberación Nacional y menos hubo mención acerca de la candidata indígena a la presidencia municipal para el 2018.
Por último, aunque criticó la aplicación de las reformas estructurales, no hizo referencia a la constante lucha que ha mantenido la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, en especial en el estado de Chiapas, cuya última acción data del 5 de febrero pasado, cuando protestó en el Congreso local con motivo del centenario de la Constitución Mexicana y se solidarizó con la causa de los integrantes de Empresarios Chiapanecos Organizados que fueron arrestados.
Aglomerada bajo el sol, la multitud se fue tal como llegó de la plancha abrasadora de concreto del Parque Bicentenario; poco a poco se fue dispersando de las escalinatas del Monumento a la Bandera sin importar credos, «clases», sexos o edades pues las personas que por partes se conjuntaron en una masa heterogénea, ya habían atestiguado la firma del acuerdo y respondieron a una voz. La de Andrés Manuel López Obrador.

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