Cúmulo de acusaciones contra el ombudsman chiapaneco
Nada bueno se advertía desde su anómala elección en marzo de 2018. La estancia de Juan José Zepeda Bermúdez al frente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) ha estado bañada de acusaciones sobre corrupción, abusos contra los empleados del organismo y graves omisiones cometidas contra las víctimas de violaciones a los derechos humanos.
Su designación fue impugnada por anomalías en el proceso. Bastaron menos de 48 horas desde el cierre de la convocatoria para que su ilegal designación se concertara. En menos de 24 horas la comisión legislativa de Derechos Humanos había descartado a cinco de los ocho aspirantes postulados para presidir la CEDH. No hubo siquiera explicación clara de las razones por la cuales habían sido eliminados del proceso.
La lista se había cerrado a una terna conformada por Delia Estrada Sánchez, Diego Cadenas Gordillo y Juan José Zepeda Bermúdez. Y los temores sobre advertencias inevitables se fortalecieron aún más. El nombre de Zepeda Bermúdez había circulado desde una semana antes como el presunto elegido de Manuel Velasco para ser impuesto en la Comisión de Derechos Humanos.
Y así fue. Juan José Zepeda preparó desde las primeras semanas del mes de marzo de 2018 su llegada a la CEDH. Había comenzado a tener reuniones privadas con algunos oscuros personajes de la política y figuras ligadas a la defensa de los Derechos Humanos para informar lo que sucedería y preparar el camino. «El gobernador ya dio la instrucción y voy a ser el nuevo presidente de la Comisión. Lo demás es mero trámite», fue su frase recurrente.
Su llegada a la CEDH no sólo estuvo empañada por las acusaciones e impugnaciones contra su elección. También se desataron, casi de manera inmediata, las primeras denuncias de inconformidad por parte de la plantilla laboral. El hostigamiento contra personal para conseguir las renuncias e imponer a sus recomendados fueron los primeros señalamientos en su contra, ya en funciones.
Apenas en septiembre del año pasado el propio director general de Quejas y Orientación de la CEDH, Leopoldo Abel Esquinca Sarmiento, en representación de un grupo de trabajadores del organismo, salió a medios de comunicación para denunciar el hostigamiento y violencia laboral que se ejercía contra al menos el 80 por ciento del personal.
El caso, que llegó a manos del Tribunal de Justicia Administrativa, incluía señalamientos relacionados con discriminación, procedimientos anómalos y hostigamiento. Las autoridades judiciales terminaron emitiendo ordenes de suspensión provisional contra los actos imputados, desatando así una confrontación permanente entre el ombudsman y el personal de la institución.
Hace apenas unos días nuevas acusaciones contra Zepeda Bermúdez salieron a la luz. Los señalamientos sobre presuntas irregularidades administrativas llegaron a medios de comunicación nacionales. Se acusó a Juan José Zepeda de anómalos manejos con el presupuesto para el pago de nómina que, según denuncias de los propios trabajadores, terminaron provocando el incumplimiento en la entrega de los salarios durante la primera quincena de enero de 2020.
A lo anterior súmele usted las denuncias recurrentes de organismos defensores de derechos humanos sobre dilaciones y omisiones en la atención de casos. Lo que sucede hoy con el ombudsman estatal es un asunto que ha regresado los reflectores al dicho personaje y su desempeño dentro de la CEDH. Se trata pues de irregularidades que deberán ser investigadas y seguramente darán mucho más material de que hablar durante las siguientes semanas… así las cosas.