Alerta de Violencia de Género, 4 años sin resultados en Chiapas
Se han cumplido cuatro años de haberse declarado la Alerta de Violencia de Género (AVG) en Chiapas, con los respectivos recursos autorizados por la federación para su aplicación en siete municipios, y hasta el momento parece que poco a nada ha servido dicha medida gubernamental en la entidad.
Tan sólo durante el año pasado se asignaron más de cuatro millones de pesos para su ejecución en Chiapas. Se trata de un recurso que, si bien es claramente insuficiente para la magnitud del problema, no parece verse reflejado con eficacia. Más del 70 por ciento del presupuesto se ha invertido en cursos o talleres de capacitación a funcionarios públicos que francamente no han dado grandes resultados.
Chiapas forma parte de la lista de 18 entidades en las que se ha activado la Alerta de Violencia de Género (AVG). De manera precisa, en la entidad chiapaneca la declaratoria emitida por la Secretaría de Gobernación se encuentra enfocada a la atención directa de los municipios de Comitán, Chiapa de Corzo, San Cristóbal de las Casas, Tapachula, Tonalá, Tuxtla Gutiérrez, Villaflores y otros más englobados en la Región Altos, donde la incidencia ha sido alarmante.
Después de una larga espera y solicitudes insistentes por parte de organizaciones feministas para lograr la activación de la AVG en Chiapas, la declaratoria llegó finalmente en noviembre de 2016. Aunque la intención inicial era lograr la declaratoria de alerta para toda la entidad, la activación del programa en los municipios de mayor problemática apuntaba a convertirse en una ansiada puerta de solución ante tan grave situación.
Para activar las estrategias de la Alerta en los municipios de Chiapas, a la coordinación estatal, entonces bajo responsabilidad de María de Jesús Cisneros Novillo, se le asignó un presupuesto de 6.2 millones de pesos. Más de la mitad (3.6 millones) fueron invertidos en programas (talleres o cursos) de capacitación a servidores públicos, de los casi tres millones restantes no existen datos precisos sobre su aplicación o destino.
La AVG en Chiapas se ha convertido en una lucha encarnizada para apoderarse de los recursos públicos, que sólo ha confrontado a los involucrados. Se ha minimizado a la simple disputa por la apropiación de costosos talleres o cursos de sensibilización que sólo han servido para enriquecer algunos bolsillos. Se ha dejado de lado su verdadera importancia como estrategia de prevención y acción ante una contingencia que necesita más compromiso y menos luchas de poder y egolatría.
Resulta evidente que la estrategia de la AVG en Chiapas ha fracasado; que los cursos de capacitación, cuyas pruebas de aplicación se reducen a evidencias fotográficas (que no garantizan su verdadera aplicación) no han servido de mucho y se requiere de un replanteamiento urgente que de verdad incida en la reducción de la incidencia mediante estrategias verdaderamente eficaces
De acuerdo a datos, Observatorio Feminista contra la Violencia a las Mujeres de Chiapas, en 2020 se han reportado 160 muertes violentas de mujeres en la entidad: 57 fueron feminicidios consumados y 81 en grado de tentativa. Se trata de un problema grave que requiere más que discursos e iluminación simbólica de edificios para de verdad hacerle frente a una situación que amenaza la vida de miles de mujeres en Chiapas, México y el mundo… así las cosas.