Desesperación, desinformación o desestabilización por las vacunas en Chiapas
La desesperación, falta de información eficaz, la lentitud del proceso y hasta la manipulación de intereses oportunistas parecen haber sembrado un ambiente de inconformidad e inestabilidad al interior de los hospitales y clínicas públicas de Chiapas ante el inicio del programa de vacunación nacional contra la Covid-19, que no avanza como muchos desearían.
Las protestas y denuncias emanadas desde diversos centros de salud en toda la entidad se han multiplicado con el paso de los días. Apenas el fin de semana pasado el Hospital de Especialidades Pediátricas en Tuxtla Gutiérrez y el Hospital de Alta Especialidad Ciudad Salud en Tapachula anunciaron la suspensión de las consultas externas hasta que todo el personal sea vacunado.
Algo similar ocurrió este lunes en el Hospital Regional 5 de Mayo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que anunció su funcionamiento «bajo protesta» ante la falta de vacunas para todo el personal médico y de enfermería. Es un escenario que se ha estado replicando en otros tantos centros de salud de Chiapas y el resto de México. ¿Pero, qué tan factible es acelerar la vacunación generalizada para todo el sector salud de la entidad chiapaneca?
Lamentablemente la realidad dista mucho de los deseos que podamos tener en torno a la capacidad de vacunación nacional. Si bien la desesperación del personal de salud es entendible y justificable, en honor a la verdad, no se le ha mentido a nadie sobre los tiempos y procesos de vacunación. Y es que, desde los primeros días de diciembre pasado la Secretaría de Salud hizo pública la Política Nacional Rectora de Vacunación contra el SARS-CoV-2 y la Estrategia de Vacunación del Gobierno Federal.
En el documento presentado el 8 de diciembre de 2020 por el propio presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, y el responsable de atender la contingencia epidemiológica en México, Hugo López-Gatell, se expuso -hace ya casi dos meses- los plazos y grupos poblacionales a atender durante cada una de las etapas previstas para el proceso de vacunación.
Se estableció que de diciembre de 2020 a febrero de 2021 se aplicarían las primeras dosis al personal de salud que atiende en primera línea a los enfermos de Covid-19 dentro de las clínicas especializadas, para después dar paso al proceso de vacunación para el resto del personal de salud y personas mayores de 60 años entre los meses de febrero y abril. Fue un calendario hecho público desde hace semanas.
Entonces, si apenas va a concluir el mes de enero y los plazos preestablecidos están muy lejos de agotarse, ¿a qué se deben las protestas de inconformidad por que aún no se realiza la vacunación a todo el personal médico en Chiapas? La interrogante parece tener respuesta de primera instancia en la desesperación lógica, la falta de buenos procesos de información interinstitucional a la base trabajadora o, por qué no, siendo mal pensados, a oscuros intereses de quienes buscan desestabilizar para sacar tajada de una situación tan compleja.
Los datos oficiales señalan que hasta este 26 de enero Chiapas ha recibido del Gobierno Federal dos lotes de vacunas; el primero con 9 mil 750 dosis y el segundo con 6 mil 800, para hacer un total de 16 mil 550 dosis. En total se tiene previsto vacunar a un aproximado de 45 mil trabajadores de la salud en Chiapas, tanto del sistema estatal como federal, por lo que la cobertura de vacunación aún no alcanza ni el 40 por ciento del sector.
Hoy restan tres meses para que se concluya la cobertura total del sector salud, y de paso a los adultos mayores de 60 años. Están pendientes muchísimos envíos de vacunas a Chiapas, tomando en cuenta que se requieren dos dosis por persona. No es ni será un trabajo nada sencillo. El avance de vacunación es todavía raquítico para la masa poblacional total a quien no quedará de otra que fortalecer aún más la paciencia y esperar su turno… así las cosas.