En la Mira / Héctor Estrada

El cinismo de los iguales

“Cuando veas las barras del vecino cortar, pon las tuyas a remojar”, es una frase que bien podría quedar como anillo al dedo a algunos diputados locales luego de lo ocurrido la semana pasada en el Congreso de Chiapas cuando, en plena sesión, al menos un par de legisladores decidieron subirse al tren del escarnio público contra Ismael Brito Mazariegos como si sus antecedentes públicos no los hicieran cojear del mismo pie.

La controversia por la solicitud de una licencia, que finalmente fue autorizada este martes 17 de diciembre, dejó una serie de escenas dignas de las peores comedidas televisivas. Y es que, en una decisión fuera de lugar, fue el propio ex secretario de Hacienda de Rutilio Escandón Cadenas, Javier Jiménez Jiménez, quien decidió subirse a señalar los excesos cometidos durante el mismo sexenio de su gestión pública.

El responsable de administrar los recursos financieros estatales durante la administración pasada tomó la tribuna para acusar a su compañero de sexenio y alegar un mal uso del cargó público como si sus vínculos con Brito Mazariegos y el gobierno pasado simplemente no hubieran existido nunca. No dudó en ponerse como ejemplo de rectitud y buen servicio público para desmarcarse de su secretario general de gobierno.

Lo que a Jiménez Jiménez parece habérsele olvidado es que en sus manos pasaron todos los presupuestos aprobados para el sexenio pasado y que sobre él pesan aún acusaciones sobre presunto enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias o nepotismo para beneficiar a si propia hija (aún cuando ella no tenía todavía título profesional), entre otras irregularidades que trascendieron su paso por la administración pasada.

Al show se sumó también el ex presidente municipal de Yajalón, Juan Manuel Utrilla Constantino, a quien los antecedentes de acusaciones públicas y penales tampoco lo dejan bien parado. Así el escarnio legislativo de la semana pasada se volvió inverosímil. Y es que, el cinismo de los iguales, bajo argumentos de convicción o no, terminó por ridiculizar el tema. Todo para que este martes el asunto fuera votado por unanimidad a favor.

Y es que, es verdad, Ismael Brito Mazariegos tuvo excesos y omisiones que no pueden quedar en la impunidad. Abusó del poder para someter a los enemigos (públicos o privados) sin la menor consideración. Sin embargo, que las acusaciones en tribuna llegaran de ex compañeros de administración o turbios aduladores pasados tampoco aportó mucha seriedad a la controversia.

Hoy, finalmente, el ex secretario general de gobierno se ha separado del cargo con una licencia indefinida que lo deja fuera del escenario político estatal y en medio de un posible exilio sexenal, mientras los vaticinios de posibles procesos penales en su contra también están entre su potencial futuro.

Sin embargo, Brito Mazariegos podría ser sólo el inicio de una cadena más extensa de procedimientos acusatorios contra exfuncionarios que hoy buscan redención y protección, eludiendo su pasado reciente, con casos bastante conocidos como el de los oradores indignados antes mencionados, el ex secretario de salud José Manuel Cruz Castellanos y el propio ex auditor superior Uriel Estrada, entre otros, que tampoco están libres de culpas… así las cosas.

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