Chiapas, el nuevo patio trasero de las deportaciones
Desde hace menos de dos semanas Chiapas se convirtió en el destino oficial para el desfogue de deportaciones aéreas directas desde Estados Unidos. Se trata, según la propia Embajada Estadounidense, de un acuerdo binacional para alejar, lo más posible, a los mexicanos deportados de la línea fronteriza entre México y el vecino país del norte; y Tapachula ha sido el punto elegido para concentrar todas las repatriaciones.
Desde el 27 de febrero, día en que el Aeropuerto Internacional de Tapachula recibió el primer avión con deportados desde Estado Unidos, este punto de la frontera sur mexicana ha recibido ocho vuelos directos, contabilizando el arribo de casi mil deportados en menos de 10 días. Entre ellos algunos niños y adolescentes que requieren apoyo especial para el traslado a su estado de origen en México.
La nueva estrategia binacional, que fue anunciada como un éxito del gobierno de Donald Trump, pretende incrementar el número de vuelos llenos de deportados con el paso de las semanas, a fin de seguir depositando a los mexicanos repatriados en Chiapas. “Ahora los vuelos de repatriación llegan hasta la frontera con Guatemala para dificultar la reincidencia de cruces ilegales. La entrada ilegal no es un juego; ser deportado es definitivo”, publicó la embajada estadounidense en sus redes oficiales.
Mientras tanto, el gobierno mexicano ha tratado de subsanar su injusto acuerdo con apoyos de dos mil pesos por deportado para “facilitar” su desplazamiento desde la frontera sur hacia su lugar de origen en el resto del país. Y es que, aunque la propia presidenta Claudia Sheinbaum había asegurado que no cedería a las presiones para que las repatriaciones se realizaran en otro punto que no fuera la frontera norte, al final las deportaciones directas terminaron en Chiapas.
El asunto es más complicado de lo que parece, pues, según organizaciones defensoras de derechos humanos, las deportaciones aéreas han terminado por concentrar aún más el problema migratorio en Tapachula. Y es que, la ciudad vive lidiando desde hace varios años con un serio problema por el flujo migratorio, proveniente desde Centroamérica y otros países, que se ha quedado prácticamente varado en esa región.
A decir de la organización Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”, durante las últimas semanas se ha documentado un incremento de alrededor del 20 por ciento en la cantidad de migrantes dentro de Tapachula. Los migrantes, en su mayoría cubanos, venezolanos y centroamericanos, se han quedado varados en la ciudad, haciendo colas en las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) para buscar ahora documentos de asilo en México.
Cristian Gómez Fuentes, coordinador responsable de la organización, asegura que la crisis humanitaria generada por la necesidad de nuevas fuentes de empleo ha provocado también un incremento en la incorporación de mujeres migrantes al trabajo sexual y otras actividades de alto riesgo, dentro de una ciudad que no estaba preparada para la explosión demográfica generada por la concentración migratoria debido a los acuerdos complacientes del gobierno mexicano con los Estados Unidos.
Al final de cuentas, Chiapas, y específicamente Tapachula, ha sido convertido por el gobierno mexicano en el nuevo “patio trasero” para las repatriaciones aéreas directas desde los Estado Unidos; como si la entidad no tuviera ya suficientes problemas que enfrentar por la violencia, el rezago social y la indiferencia del gobierno federal que, luego de varias décadas, lamentablemente parece seguir estando vigente… así la cosas.