En la Perla del Soconusco, académicos de la UNACH alfabetizan en colonias y ejidos, abriendo horizontes y derribando barreras invisibles con algo tan poderoso como una palabra escrita
Aquínoticias Staff
En Tapachula, no solo llueve. También se aprende. Y en el centro de ese proceso están docentes de la Facultad de Ciencias de la Administración de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), quienes han asumido la tarea de alfabetizar en colonias y ejidos aledaños al campus universitario, como parte del programa estatal “Chiapas Puede”.
Jiquilpan, Hermosa Provincia, la Colonia 3 de Marzo, Cantón Progreso y otras comunidades de Acapetahua, Tapachula y Villa Comaltitlán son algunos de los puntos donde se han instalado estos círculos de estudio. Lo que sucede ahí va más allá de enseñar a leer o escribir: es un acto de vínculo, un gesto de confianza, un espacio de posibilidad.
Durante una visita al campus, el rector Oswaldo Chacón Rojas fue testigo de estos encuentros entre docentes y educandos. Ahí, la lectura no se impone: se comparte. La escritura no se exige: se descubre. Cada letra aprendida es también un paso hacia la dignidad, un nuevo lenguaje para comprender el mundo y nombrarlo con autonomía.
Isela Ramírez Aguilar, directora de la Facultad, confirmó que 12 docentes participan activamente en estas sesiones. La cifra puede parecer modesta, pero el impacto que tienen —en comunidades muchas veces relegadas del acceso a la educación— es enorme.
Este programa no es nuevo para la UNACH. Desde su creación, la universidad se sumó al impulso por erradicar el analfabetismo en Chiapas. Pero lo que sí es nuevo, es la forma en la que se está haciendo: con cercanía, con compromiso, con convicción.
Al final, lo que estos docentes hacen no solo es enseñar a leer. También enseñan a mirar distinto, a imaginar futuros más amplios. Porque hay palabras que curan y otras que despiertan. Y hoy, en Tapachula, ambas se están pronunciando con voz propia.
