Se estima que en la entidad se desperdician cerca de 3 mil millones de toneladas de comida anualmente
Elizabeth Marina / Portavoz
[dropcap]M[/dropcap]ientras en Chiapas hay niños y niñas que no tienen que comer y se ven obligados a buscar entre la basura, tal como lo evidencia un video que circula en las redes sociales, se estima que en la entidad se desperdician cerca de 3 mil millones de toneladas de comida anualmente, asegura la coordinadora de la Licenciatura en Gastronomía de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), Paulina Ramos.
La especialista señala que uno de cada cuatro mexicanos no puede adquirir una canasta básica y que alrededor de 7.4 millones de personas en el país viven en pobreza extrema.
«No existe conciencia al momento de adquirir alimentos por parte de la ciudadanía, compramos productos que en realidad no consumimos y dejamos que se echen a perder en casa», agregó.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Desarrollo Social, en México se desperdicia el 37 por ciento de los desperdicios que se producen, lo que equivale a 10 mil millones 431 mil toneladas de alimentos al año.
Los alimentos desperdiciados servirían para evitar el hambre que padecen 7.01 millones de personas en el país.
Cifras del Grupo Técnico de Desperdicio de Alimentos de la Cruzada Nacional contra el Hambre, refieren que las pérdidas económicas por la cantidad de desperdicios generados al año en el país, equivalen a 120 mil millones de pesos, (recurso suficiente para alimentar a 12 millones de personas).
Realidad injusta
En el video, captado por un ciudadano en el municipio de Villaflores, puede observarse a dos menores de edad hurgando entre las bolsas de basura que se encuentran en una esquina.
Mientras graba, el sujeto se acerca al lugar donde se encuentran el niño y la niña, quienes dicen ser primos. La niña se aleja, pero se mantiene pendiente. El niño continúa agachado y ante él se ven dos platos desechables con residuos de alimentos.
«La verdad esto sí da tristeza», asegura el hombre al inicio de la grabación que dura poco más de un minuto. «Colochito, no tengás pena», le dice al ver que ambos notan su presencia. «¿Qué estás haciendo?, ¿Estás comiendo? No te preocupés».
El hombre saca un billete y se lo da para que compre algo de comer. «Esto lo estoy grabando ¿Sabés por qué? Lo voy a subir al presidente para que él los ayude a ustedes». Finalmente les recomienda no consumir lo que está en la basura, y les pide que compren algo nutritivo.
