La inseguridad es, lamentablemente, uno de los problemas estructurales en México. Muchos gobiernos parecieran haber intentado combatirla, pero lejos de disminuir continúa arrojando valores preocupantes.
En términos regionales, México se encuentra en el puesto n°3 de los países más peligrosos para vivir en América Latina, según el Índice Global de Paz formulado por el Instituto para la Economía y la Paz. El país sólo quedó por detrás de Colombia y Venezuela que lideran el ranking.
En ese sentido la pandemia y las medidas restrictivas que se adoptaron para combatirla, que paralizaron o disminuyeron drásticamente los niveles de muchas actividades, poco efecto parecen haber tenido sobre la incidencia delictiva en las distintas entidades federativas de México. De acuerdo con lo informado por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los delitos -o presuntos delitos- registrados entre enero y agosto de este año ascienden a más de un millón trescientos mil (1,352,163 aproximadamente). Inclusive, organizaciones no gubernamentales denuncian que el nivel de criminalidad en México es mucho mayor de lo que reflejan los datos estatales.
Robo de vehículos
En cuanto a los delitos contra la propiedad, uno de los que registra mayor incidencia es el vinculado con robo parcial o total de vehículos (abarcando autos, motos, utilitarios, etc.). Como informó la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), entre agosto de 2020 a julio de 2021, se registró un promedio de 173 autos robados por día. Si se analiza tan sólo la flota de vehículos asegurados, durante ese período las unidades robadas llegaron a ser 63 mil 107.
Estos valores son un perjuicio no solo para la calidad de vida de los ciudadanos que sufren cada delito en particular, sino para la sociedad en general porque acarrea consecuencias nocivas, incluso en la economía. Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2021, el costo total generado como consecuencia de la inseguridad y los delitos representó en 2020 un monto de 277.6 mil millones de pesos, o sea el equivalente al 1.85% del PIB.
Si se hace foco en las víctimas de robo total de vehículos el estudio muestra que ellas sufrieron en promedio una pérdida de 30,673 pesos. Es por ello que se aconseja asegurar un auto con cobertura amplia que cubra este tipo de siniestros para evitar tener que realizar grandes desembolsos en momentos difíciles como esos.
Los efectos económicos no terminan allí. El aumento en los índices de robo de autos también hace que las propias aseguradoras incrementen el valor de las coberturas en las regiones donde la incidencia delictiva es mayor. Es que, obviamente, las compañías determinan los precios de sus coberturas dependiendo de la probabilidad de ocurrencia del hecho a indemnizar. A mayor posibilidad, más alto el precio a pagar.
Por supuesto, además de contratar un seguro existen otros mecanismos preventivos y/o disuasivos, como el uso de bastones de seguridad, la instalación de alarmas o incluso de rastreadores satelitales que permitan realizar un seguimiento del auto en tiempo real.