Era / Eduardo Torres Alonso

El libro es un objeto que, desde su invento, de forma rudimentaria en tabillas y papiros, en el siglo IV a. n. e., hasta su sofisticación contemporánea, acompaña a las personas a todos lados.

Para dejar testimonio de hechos y enseñanzas como para el placer, este objeto ha pasado la prueba del tiempo y mostrado su relevancia cultural para difundir las ideas y los conocimientos de distintas regiones del planeta. Es muy probable que, sin su existencia, la humanidad mantendría una brecha muy grande de ignorancia sobre variados temas. Desconoceríamos, en otras palabras, quiénes somos, puesto que al plasmar en él los avances, ideas, dudas, objeciones y meditaciones sobre cualquier cosa se deja una parte de la comunidad y del individuo haciendo posible que otros, a quienes, por ubicación geográfica o momento temporal, nunca se conocerá sepan de la existencia de quién o quiénes pensaron en un sentido u otro, sea convergente con las ideas y convicciones propias.

En el caso mexicano, la presencia del libro ha resultado fundamental para compartir con los demás formas de pensar y de estar en este territorio. Y una de las empresas más importantes en esta tarea ha sido editorial Era quien en este 2025 cumple 65 años de existencia.

Junto con otras editoriales de sello nacional, como el Fondo de Cultura Económica, dependiente del gobierno federal, Era abrió un camino para la discusión y pluralidad intelectual que se ha mantenido y enriquecido.

Fundada en 1960 por Tomás y Neus Espresate Vicente Rojo y José Azorín, esta editorial decidió publicar a las mujeres y hombres que incentivaban el pensamiento crítico, el compromiso social, el rigor escritural y el gozo de los sentidos.

El catálogo de Era, que suma más de 500 títulos, es, en sí mismo, una joya: Monterroso, Monsiváis, Pacheco, Revueltas, Rulfo, Morábito, Bracho, Lowry, Huerta, entre otras plumas de gran calidad se encuentran ahí y han acompañado a miles de personas gustosas de leer, imaginar y pensar.

Aquellos habituados, ya sea por formación escolar, educación familiar o entrenamiento autodidáctica, a consultar libros en papel (ahora, también formato electrónico) y vemos las portadas y logo de Era, no tenemos duda que su contenido está cuidado y su aportación, en mayor o medida, será significativa para lo que se está buscando. Un libro de Era no pasa desapercibido.

En el campo de las ciencias sociales que, por formación e interés personal, es donde me desenvuelvo, los libros que he consultado, muchos de ellos de forma física, son: Por una teología del crimen y El tejido social rasgado, ambos de Claudio Lomnitz; La democracia en México y El Estado y los partidos políticos en México, de Pablo González Casanova; El ocaso interminable, escrito por Arturo Anguiano; los trabajo de Arnaldo Córdova: La formación del poder político en México, La ideología de la Revolución Mexicana y La política de masas del cardenismo; Malitzin, de Camila Townsend; El minimato presidencial, de Tzen Medin, entre otros. La mayoría de ellos, los utilicé de forma constante durante mis estudios profesionales y ayudaron a entender el pasado y el presente. Desde entonces, me han acompañado en otras empresas. Los más recientes han servido para tener claves para comprender la realidad.

Como lector, celebro el aniversario de esta editorial.

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