¿Es realmente la Ley Schiappa, legalizar la pedofilia?

En redes sociales circulan numerosas publicaciones acusan que sí. «Adultos podrán tener sexo con niños en Francia» es el titular de un artículo compartido 6.500 veces en Facebook, no obstante, dicha ley no protege al adulto, sino al menor. La pedofilia no ha sido legalizada en Francia en ningún caso

Agencias

En redes sociales circulan numerosas publicaciones que acusan a la llamada «ley Schiappa» de «legalizar la pedofilia» en Francia o de instaurar «cursos sobre sexualidad» o «masturbación» para niños de cuatro años. Pero es falso, la ley no prevé tales medidas.
«Adultos podrán tener sexo con niños en Francia» es el titular de un artículo compartido 6.500 veces en Facebook. Según éste, «la pedofilia prácticamente tendrá carácter legal» en el país, pues una nueva ley estipula que «un adulto podrá tener sexo con cualquier niño, niña o adolescente, independientemente de su edad.»
«Bajo ningún concepto se enseñará la masturbación o cualquier práctica sexual a niños, mucho menos de 4 años», aseveró la ministra de igualdad de género y portavoz de la propuesta, Marléne Schiappa, el pasado 28 de agosto en un Facebook Live (minuto 7″30) organizado por la République en marche, el partido en el gobierno.
Retomemos una por una las afirmaciones que circulan en redes sociales al respecto.

No, la pedofilia no se legalizó
Como se explica en este sitio web del Gobierno, «un menor víctima de pedofilia o agresión sexual por parte de adultos tiene protecciones especiales»: esto significa que las sanciones se agravan por el hecho de que la víctima sea menor de edad. Por lo tanto, la pedofilia no ha sido «legalizada» en ningún caso.

No, los niños de cuatro años no asistirán a clases de sexualidad
Los supuestos cursos no están considerados por la ley Schiappa, ni forman parte del plan de estudios de los jardines infantiles. Aparecen en el programa educativo de primaria, a partir del cuarto año. Sin embargo, desde la promulgación de una ley de 2001, se prevé «información y educación sexual en primaria y secundaria, durante al menos tres sesiones anuales». Una circular de 2003 dejó en claro que la ley concierne a la escuela primaria (donde las tres sesiones son «una sugerencia, no un mandato») y la secundaria, pero no el jardín infantil.
El 18 de julio pasado, Marlene Schiappa anunció que enviaría con Jean-Michel Blanquer, ministro de Educación, «una circular a todos los rectores de Francia pidiéndoles que implementen una ley que ya existe, pero que no se aplica, donde se pide establecer tres sesiones de educación sexual y emocional por año escolar, realizadas por asociaciones que tengan acreditación IMS (intervención en el medio escolar) en las que hablemos de consentimiento, respeto por los demás, relaciones entre mujeres y hombres.» Una forma de volver a dar impulso a la ley de 2001 y la circular de 2003 que según ella «no se implementaron».
No, la ley Schiappa no estipula que los niños de cuatro años deban «probar» que «no dieron su consentimiento» en caso de violación
En el estado actual de la ley, «salvo en el caso de violación u otra agresión sexual, el hecho de que un mayor de edad tenga relaciones sexuales con un menor de 15 años se castiga con siete años de prisión y una multa de €100,000», explica el artículo 227-25 del código penal. Es decir que cualquier adulto que tenga relaciones sexuales con un menor de 15 años puede ser procesado como mínimo por «estupro», que según el código penal francés se define como «el hecho, por un mayor, de ejercer sin violencia, coacción, amenaza o sorpresa, un abuso sexual a un menor de 15 años».
Si el menor de 15 años no dio su consentimiento, el «estupro» puede ser reclasificado como «agresión sexual» («cualquier abuso sexual cometido con violencia, coacción, amenaza o sorpresa») o incluso «violación» si hubo «cualquier tipo de penetración sexual» bajo las mismas condiciones de «violencia, coacción, amenaza o sorpresa».
Corresponde al Ministerio Público a cargo de la acusación, y no al niño, probar si una persona cometió una agresión sexual o violación. La víctima menor de edad no tiene que demostrar que no consintió el acto sexual.
Tras dos casos, incluido uno en el tribunal de Pontoise (cerca de París), donde la justicia consideró que niñas de 11 años habían consentido relaciones sexuales, el Ejecutivo quiso cambiar la legislación sobre el tema del consentimiento. Anunció en marzo pasado que en el marco de la futura ley Schiappa contra la violencia sexual, propondrá los 15 años como la edad mínima para que un menor pueda consentir una relación sexual con un mayor.
Con tal medida, el estupro no tendría cabida: cualquier acto sexual entre un adulto y un menor de 15 años sería considerado automáticamente como realizado bajo coacción y, por lo tanto, como una agresión sexual o una violación.
Pero el Ejecutivo rápidamente descartó esta «presunción de no consentimiento» en su proyecto de ley, aduciendo un posible rechazo por parte del Consejo Constitucional debido a la automaticidad de esta presunción.
La ley Schiappa, finalmente adoptada el 1 de agosto después de acalorados debates parlamentarios, establece en su artículo 2 que cuando los hechos se cometan con un menor de 15 años, «la coacción moral o la sorpresa» -elementos que permiten establecer el no consentimiento si lo hubiere y por lo tanto la agresión sexual o la violación- «se caracterizan por el abuso a la vulnerabilidad de la víctima que no tiene el discernimiento necesario para estos actos».
Esta coacción moral puede resultar de «la diferencia de edad entre la víctima y el autor de los hechos y de la autoridad de derecho o de facto que éste ejerza sobre la víctima, pudiendo ser caracterizada dicha autoridad de facto por la diferencia significativa de edad entre la víctima menor y el perpetrador mayor», aclara aún más la ley Schiappa.
Para el gobierno, esta formulación debería favorecer la reclasificación de un estupro a un menor como agresión sexual o violación.
Sin embargo, decepcionó a grupos defensores de los derechos de las mujeres y de los niños que privilegiaban la «presunción de no consentimiento» a la edad de 15 años. Para ellos, se trata de un «statu quo»: «la ley Schiappa no protegerá mejor a los niños», escriben los 55 signatarios de una columna publicada el domingo 19 de agosto en el sitio de JDD.
En el caso específico de un estupro contra un niño de cuatro años, los jueces pueden usar esta novedad de la ley Schiappa para calificarlo como «agresión sexual» o incluso «violación» si hubo penetración. De todos modos, no esperaron esa ley para hacerlo, asumiendo que un niño de esa edad no tiene el discernimiento necesario para consentir una relación sexual.
Muchas otras publicaciones erróneas se comparten en las redes sociales. Nuestros colegas de Décodeurs du Monde han dado luces sobre el tema.

(Con información de AFP Factual)

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