La sedentaria modernidad ha convertido las vendimias de los planteles en una amenaza para la niñez y juventud. Pese a la legislación, la comida chatarra sigue estando al alcance de los menores, promoviendo enfermedades degenerativas
Marco Aquino / Aquínoticias
Seguramente recuerdes con nostalgia los desayunos de tu infancia, chicharrines, tortas, banderillas, hotdogs, golosinas, un mundo de sabor… y calorías. Lo anterior no representaba un problema grave, pues la actividad física era parte de los juegos y había muy pocos casos de obesidad.
Hoy, eso quedó atrás, pero no así las vendimias en las que aún puedes encontrar, casi en su totalidad, productos altamente calóricos, mientras que los niños se han vuelto sedentarios y apáticos al ejercicio.
El gobierno ha reparado en ello. Desde 2014, fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) los lineamientos generales para el expendio y distribución de alimentos y bebidas preparados y procesados en las escuelas del Sistema.
El documento establece que la alimentación de los educandos deberá ser completa, es decir, que contenga todos los nutrimentos incluidos en los tres grupos del plato del bien comer: verduras y frutas, cereales y leguminosas y alimentos de origen animal.
También deberá ser, dice, equilibrada, inocua, suficiente, variada y adecuada. No obstante, en una visita a cualquier institución educativa puede verse el incumplimiento de esta normativa.
Todas las frituras a las que puedan acceder los estudiantes en su «segunda casa» los hacen propensos a la obesidad.
Problemas cardíacos, hipertensión y una larga lista de padecimientos son causados por este tipo de alimentación. Lo que, en un futuro no muy lejano, creará un enorme gasto al sector Salud.
En México se estima que aproximadamente el 10 por ciento de la población, es decir 12 millones de personas presentan diabetes.
El gasto directo para la atención de este grupo de población está por el orden de los 19 mil millones de pesos, lo que representa hasta el 30 por ciento del presupuesto destinado a salud.
Lo anterior fue revelado por el doctor Héctor Raúl Pérez Gómez, director general del Hospital Civil de Guadalajara, durante la conferencia magistral que dictó en el Simposio de Actualización Médica en Diabetes y Obesidad en la Universidad de Guadalajara en noviembre de 2018.
Los problemas no acaban ahí
Un estudio dirigido por la Universidad de Zurich y publicado por el diario médico «Molecular Psyquiatry» advierte sobre el consumo elevado de comida chatarra y sus efectos negativos en el desarrollo cognitivo de niños y adolescentes.
El documento revela que la mala alimentación interrumpe el desarrollo del córtex prefrontal, lo que provoca problemas de conducta, dificultad en la toma de decisiones, memoria, atención y control de los impulsos.
