Falta de un Sistema Nacional de Cuidados limita la movilidad social de mujeres

El Coneval señaló que las mujeres con responsabilidades de cuidados infantiles, de personas enfermas, de edad avanzada o con discapacidad, experimentan 14.8 por ciento más pobreza que otras mujeres

Anayeli García Martínez / Cimac Noticias 

Ciudad de México.- La ausencia de un Sistema Nacional de Cuidados incrementa la desigualdad de oportunidades en México y limita la movilidad social de las mujeres, de acuerdo con un análisis del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, especialista en investigación socioeconómica.

En su reporte «Sistema Nacional de Cuidados: una vía para la igualdad de oportunidades y la movilidad social» indica que la inexistencia de este sistema limita las oportunidades educativas, laborales y sociales porque sobrecarga a las mujeres de trabajo de cuidados y del hogar precarizado.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), señaló que las mujeres con responsabilidades de cuidados infantiles, de personas enfermas, de edad avanzada o con discapacidad, experimentan 14.8 por ciento más pobreza que otras mujeres. La misma situación enfrentan sus hogares y las personas a las que cuidan.

Cálculos realizados con base en la Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social 2017 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indican que en México, 62.25 por ciento de las personas que que proveen cuidados no remunerados a personas adultas mayores son mujeres; y de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT) 2019, mujeres y niñas ocupan 67 por ciento de su tiempo en trabajo no remunerado de los hogares.

En este contexto el estudio enfatiza que las políticas de cuidados pueden facilitar las posibilidades de elección de las mujeres al reducir sus cargas de trabajo no remunerado y con ello, liberar su tiempo disponible.

Lo anterior puede incrementar sus oportunidades de participar en la educación y formación, la política, el empleo, los ingresos, acceder a la seguridad social, acumular bienes y patrimonio y, al llegar a la edad de retiro, contar con acceso a pensiones.

Además, al favorecer su autonomía y empoderamiento, las políticas de cuidados pueden tener efectos sobre sus aptitudes de negociación y toma de decisiones al interior de sus hogares y en la esfera social y política.

La desigualdad de oportunidades se profundiza en las mujeres. Por ejemplo, aquellas que provienen de hogares en los que sus padres no contaban con acceso a la protección social, donde no hay servicios de cuidado infantil o las que no pueden participar en el mercado laboral, pueden escalar menos posiciones que aquellas que si tuvieron estas condiciones.

El Centro de Estudios Espinosa Yglesias menciona que las políticas de cuidados son políticas que pueden tener efectos sobre la movilidad social ascendente, en especial, de quienes dan y reciben cuidados:

a. Crean oportunidades de desarrollo y bienestar infantil.
b. Generan bienestar para otras personas que requieren cuidados.
c. Reducen la exposición a la violencia familiar y de género, y pueden frenar sus consecuencias sobre las niñas.
d. Facilitan las oportunidades de elección para las mujeres cuidadoras –en los espacios educativo, laboral, social y político–, al reducir la sobrecarga de trabajo no remunerado.
e. Promueven la autonomía, el empoderamiento y las posibilidades de las mujeres de vivir libres de violencia.
f. Propician mejores oportunidades para las personas –en su mayoría mujeres– que laboran de forma remunerada dentro de la Economía del Cuidado.

Desde hace 2 años, se encuentra pendiente de dictaminación en las comisiones para la Igualdad de Género y de Estudios Legislativos, Segunda en el Senado de la República una iniciativa de reforma a los artículos 4 y 73 de la Constitución Política para crear un Sistema Nacional de Cuidados, aprobada por la Cámara de Diputados en 2018.

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