Fentanilo, un asunto geopolítico / Claudia Corichi

La convulsa agenda política global dominada por el conflicto árabe-israelí, la guerra de Ucrania, los flujos migratorios internacionales, las tensiones comerciales entre potencias y el ascenso de la ultraderecha en Europa y Latinoamérica, ha colocado a México entre sus principales protagonistas a cuenta del trasiego de drogas hacia Estados Unidos en cuyo territorio se han disparado las muertes por sobredosis.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EU reportaron 41 mil muertes en el año 2011 por sobredosis relacionadas con sustancias ilícitas y opioides recetados; una década después se batió el récord al contabilizar 107 mil decesos, 65% de ellos a causa del fentanilo descrito por la DEA como un potente fármaco opiáceo sintético que es cien veces más potente que la morfina y 50 más que la heroína. Uno de sus efectos es la insuficiencia respiratoria que puede provocar la muerte.

En las metrópolis estadunidenses existe una epidemia de opioides (fentanilo y morfina) y estimulantes (cocaína, metanfetaminas) que ha encendido las alarmas de agencias gubernamentales. En el marco del Diálogo de Alto Nivel sobre seguridad entre México y Estados Unidos, desde 2021 se han celebrado tres encuentros que han puesto el foco en la salud pública ante la creciente demanda de drogas.

El mandatario mexicano envió en abril una carta a su homólogo chino en la que pide controlar el envío de precursores para fabricar el fentanilo. En la misiva se señala que nuestro país no es productor y que solo ingresa por su territorio el 30% de lo que se consume en la Unión Americana. En la cumbre de la APEC celebrada el 16 y 17 de noviembre, los líderes de Estados Unidos y China sostuvieron encuentros bilaterales con su par mexicano en los que abordaron el tráfico del opioide, las rutas del trasiego, las redes de grupos criminales trasnacionales, los flujos financieros y las acciones para su combate.

Conocemos la dimensión de la crisis social y de salud por sobredosis en Estados Unidos, pero no en México; lo que aquí conocemos es el poder y la barbarie con la que actúan los grupos del crimen ligados al fentanilo. La Secretaría de Salud informó que en octubre inició el levantamiento de la Encuesta Nacional de Salud Mental y Adicciones que nos aproximará a esta problemática en el país que se avizora compleja.

Abundan los reportajes sobre los terribles efectos que provoca el consumo de estas sustancias entre la población en situación de calle en ciudades como Filadelfia o Baltimore; en el centro de San Francisco, Los Ángeles o San Diego deambulan legiones de “zombis” junto a campamentos que son impenetrables para las policías locales. Una circunstancia que ya se replica en menor medida en las ciudades fronterizas de Tijuana y Matamoros.

Seguridad, narcoviolencia, tráfico de personas y lavado de dinero se conectan con el fentanilo como un tema clave en la agenda de alto nivel de al menos tres naciones: México, China y Estados Unidos. Las recientes detenciones con fines de extradición de líderes de organizaciones criminales a quienes se acusa de producir y distribuir esa droga, es otro indicador de la relevancia que ha adquirido en la agenda transfronteriza. Es momento de tomar cartas en el asunto.

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