Fiesta, misticismo y rugido jaguar

Ataviado como Mahoma de Natividad Golia, el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar se sumergió en la magia del Carnaval Zoque Coiteco, festividad llena de colores, máscaras y personajes

Aquínoticias Staff

El sonido de la marimba y los gritos de “¡jule, jule!” resonaron en las calles de Ocozocoautla de Espinosa, Chiapas, durante el Carnaval Zoque Coiteco, una de las celebraciones más emblemáticas del estado. El gobernador Eduardo Ramírez Aguilar se unió a la fiesta ataviado como Mahoma de Natividad Goliat, una de las figuras centrales de esta tradición, y recorrió las calles junto a familias locales y visitantes, todos envueltos en una nube de harina y talco que simboliza la purificación del alma.

“Hoy no estoy aquí como gobernador, sino como alguien que ama las tradiciones que nos identifican como chiapanecos”, expresó Ramírez Aguilar, quien bailó, gritó y participó activamente en la “guerra de talco y harina”, un ritual que marca el inicio del carnaval. La festividad, llena de colores, máscaras y personajes que representan rostros humanos y animales, es un viaje al pasado que revive los rituales prehispánicos dedicados a Tajaj Jama, el Padre Sol, y su fusión con las tradiciones cristianas traídas por los conquistadores.

El carnaval se desarrolla en las Cohuinás, seis casas de fiesta distribuidas en distintos barrios, cada una dedicada a un santo y habitada por personajes como “El caballo”, “El David” y “El tigre”. Estas figuras, junto con las coitequitas y correlonas, que regalan dulces y sonrisas, son el corazón de una celebración que va más allá de la fiesta: es un llamado a preservar las raíces y mantener viva la herencia cultural de los pueblos zoques.

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