Investigadores coinciden que una vida sexual plena en la vejez ayuda a combatir el insomnio, mejorar la memoria, lucir más joven y reducir el riesgo de hipertensión, por mencionar algunos beneficios
Lucero Natarén / Aquínoticias
Con el envejecimiento se experimentan algunos cambios físicos como la dificultad para tener erecciones, en el caso de los hombres, o falta de lubricación y rigidez en la vagina, en el caso de las mujeres, pero a pesar de ello y contrario a los tabúes que pueden existir, el deseo sexual no desaparece en la tercera edad, afirman especialistas.
Según investigadores de la UNAM, vivir la sexualidad con o sin pareja después de los 60 años de edad tiene un gran impacto en la salud física, mental y emocional de las personas.
Por otro lado, estudios de las universidades de Oxford en Reino Unido, Chicago en Estados Unidos y Trinity College en Irlanda, coinciden en que una vida sexual plena en la etapa adulta mayor ayuda a combatir el insomnio, a mejorar la memoria, lucir más joven, a reducir el riesgo de padecer hipertensión y problemas cardiovasculares, e incluso, a disminuir el riesgo de cáncer de próstata.
Cuauhtémoc Sánchez, especialista en Trabajo Social en la UNAM, explica que “el contacto piel a pie va a generar una serie de neurotransmisores que se retribuirán en satisfacción. Estamos hablando de oxitocina, de muchos neurotransmisores que lo único que nos van a retribuir en gran medida es: me siento bien”.
En el marco del Día Nacional de las Personas Adultas Mayores o Día del abuelo y la abuela, conmemorado este 28 de agosto, es importante mencionar que en México existen alrededor de 15 millones de personas adultas mayores, pero los tabúes no permiten conocer cuántos de ellos realmente mantienen una vida sexual plena.