La plaza: Tirios y Troyanos
La semana que concluye ha sido particularmente intensa en nuestro país. Tres acontecimientos dan pretexto para el Galimatías de hoy.
Contexto
El sistema político electoral que permitió condiciones para que el presidente López Obrador y Morena se hicieran de Palacio Nacional y de la mayoría legislativa en el 2018, es resultado de décadas de paulatina -en ocasiones lenta y tímida- participación cívica. A principios de los ochentas, el poder y el dinero público estaban en manos de un solo partido y estar en la “oposición” implicaba participar desde una posición marginal, con riesgos de perder el trabajo, de ser aislado socialmente, incluso de cárcel. Marchar desde la oposición requería un cierto grado de gallardía. Las plazas se llenaban sólo con el PRI y sus centenares de acarreados. En cierto sentido éramos una sociedad apartidista, apolítica. Apática. Una sociedad en la que “ser de ningún partido” era en los hechos sinónimo de ser “del PRI” y eso era mejor que ser “de otra cosa” y levantar la voz -o una pancarta-.
INE
Después de 1988, la narrativa tornó distinta, las fuerzas críticas al PRI comenzaron a crecer electoralmente hasta ser éstas quienes llenaban las plazas: momentos históricos en los que AMLO mismo, Cárdenas, los Zapatistas, incluso Fox, ganaron -ganamos- las calles, el Zócalo, el Ángel de La Independencia. En 2018 la misma ciudadanía con su voto hizo presidente por primera vez a un tabasqueño.
Hoy domingo 26 el zócalo reventó como en alguna de esas ocasiones. El momento de país y de ciudadanía es significativamente distinto respecto de aquella época del PRI monolítico: hoy, hoy, hoy, el presidente puede marchar con sus seguidores y llenar el Zócalo; hoy, hoy, hoy el Zócalo también pueden llenarlo quienes no comulgan con el presidente; pueden salir a protestar, pueden pegar carteles, pueden llevar pancartas y gritar consignas en contra de lo oficial. Habrá quien afirme incluso, que salen y marchan preocupados justamente porque “esa libertad” es lo que está en riesgo. Disiento: Habemos estoicos convencidos de que este camino no empezó en 2018 y que antes que el cielo -o el infierno- duren seis años, estos seis años, el camino de la democracia es un camino largo que permite -y necesita- de la participación de todos y todas. La opinión de tirios y troyanos es valiosa para seguir construyendo un mejor país. Más marchas a favor de lo que hay. Más marchas a favor de algo distinto. Más opiniones, más propuestas, más vigilancia, más acompañamiento ciudadano de un lado o del otro. Hoy las cosas son diferentes a como eran hace treinta o cuarenta años: hoy, las plazas no las llenan sólo ellos o nosotros. De eso se trata la democracia.
Oximoronas 1. Imagino las noches pensando que pudiera descubrirse también la “ausencia accidental de comillas” en la tesis de la Anáhuac. Todo sea por la chuleta. Todo sea por la res completa.
Oximoronas 2. García Luna culpable. Calderón afirma no haber sabido nada. El dicho es sobre el poder. El hecho un espejo.
Oximoronas 3. Intenté escribir la columna de hoy con la Inteligencia Artificial de OpenIA-ChatGPT. Impresionante resultado. Próxima semana comentaré. Lo único que no pudo imitar -tal vez por malo- es mi precario sarcasmo.