Plagas del Caribe
El Caribe mexicano es indudablemente un paraíso: cientos de especies conviviendo en equilibrio. Si el equilibrio se altera, el ecosistema cancela su futuro.
Desde hace algunos años, el equilibrio en esas aguas azul turquesa está en peligro:
¿La razón? Una plaga introducida por el hombre.
El Pez León es una vistosa especie endémica del Océano Índico, con largas aletas de color ocre y apariencia inofensiva. Su presencia en el Caribe aún no tiene una explicación clara. Los primeros rastros de su aparición en esta región del planeta refieren a acuarios en Florida que empezaron a importar especímenes para su venta. Tener peces león se puso de moda en muchas residencias de Miami. Curiosos animales exóticos acompañando a peces bisturí o peces payaso, pero ¡oh sorpresa! anualmente cada hembra de pez león puede producir hasta dos millones de huevecillos y no solo eso, en su convivencia con otras especies, los peces león son salvajes depredadores que arrasan con cualquier otro pez en su entorno. Un desastre.
Tampoco se tiene muy claro cómo, pero de los acuarios y las casas en Miami pasaron a los arrecifes en Florida y en cosa de algunos años, aparecieron también en las costas de Quintana Roo, para arrasar también con todo el equilibrio en la flora y la fauna de esta otra región del océano. Otro desastre.
Las plagas no son siempre de peces, de roedores o de insectos. El planeta, y en este caso nuestro país y Chiapas muy en lo particular, padecen de una plaga social de magnitudes igualmente voraces.
No es un tema nuevo en esta columna, aquí he insistido infinidad de ocasiones en el enorme daño que el partido verde y sus dirigentes le han causado desde su fundación, a la política y a la sociedad mexicana. Una semana después de la elección intermedia de este sexenio, la perspectiva no es halagüeña, muy por el contrario, la presencia de esta franquicia política me recuerda inevitablemente a los peces león.
A nivel federal, la pandilla pseudoecologista pasó de tener once diputados federales en la legislatura saliente, a 48 en la que iniciará el primero de septiembre, además de lograr la gubernatura de San Luis Potosí. Altamente rentable la inversión vistos sus resultados iniciales, eso sin contar los que vienen, que son aún mejores.
Ante lo equilibrado que quedan el bloque Va por México y el bloque de Morena y el PT, los señores del verde harán lo que mejor les sale, venderán carísimos sus votos y favorecerán -como tantas otras veces ya lo han hecho- a quien más les convenga apoyar, no se habían ni terminado de contar los votos cuando don Manuel Velasco ya lo avisaba a quien lo quisiera oír, el Verde debía replantear su alianza con Morena -faltaba más-.
Visto está hasta el cansancio, que para ellos menos que para ningún otro, no hay principios ni pudor y están dispuestos a arrasar con quien sea para adueñarse de todo el océano. Son peces león disfrazados de tucán. Ya tuvieron la gubernatura en Chiapas, ahora tienen la de San Luis Potosí de la mano de un sujeto al que llaman «El Pollo Gallardo», quien estuvo preso en 2015 por delincuencia organizada, y quien hoy tiene dos investigaciones es curso, por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, eso sin mencionar que la fiscalía para delitos electorales recibió denuncias del día de la elección por al menos setecientas actas de casilla apócrifas. Un pez león de los grandes seguirá nadando en la huasteca si la autoridad electoral y la sociedad potosina lo permiten. Habrían de tener cuidado o su ecosistema político electoral será envenenado, su sociedad civil erosionada y sus finanzas desfalcadas. En Chiapas sabemos bien de eso.
En México hemos padecido la plaga de partidos políticos nefastos, pero este es el ejemplo límite: paso a paso y sin piedad van por todo; pretenden más peso político y sin lugar a dudas sueñan con la presidencia para desde ahí seguir pervirtiendo y engañando a la gente mientras se hacen millonarios. La política como negocio. Lo dicho, la peor plaga.
Oximoronas. Unas horas antes del seis de junio, las redes sociales padecieron los comentarios de un grupo de «espontáneos influencers» que al unísono compartían sus opiniones favorables respecto de «las propuestas del verde. Cosa tan más patética y vil. Asumir como práctica ordinaria que violar la ley es posible. Ojalá y el INE vaya a fondo y sancione como en realidad merecen, con la pérdida del registro.