El viaje de Homero
La Iliada
La Ilíada es una obra del siglo VII a. de C., en ella, el poeta griego Homero narra la historia de Odiseo-Ulises, durante cincuenta y un días del décimo año de la Guerra de Troya.
El Caballo.
Uno de los pasajes más conocidos de esta obra universal, relata cómo el ejército griego, que mantenía un cerco en torno a Troya, fingió la retirada y presentó un gigantesco caballo de madera como ofrenda a Atenea. Dentro del imponente equino sin embargo, viajaba oculto un grupo de diestros guerreros griegos que al caer la noche salieron de su escondite y permitieron el acceso a sus compañeros de ejército: Troya fue saqueada y vencida.
A partir de este épico pasaje, el término «Caballo de Troya» suele usarse para referir engaños o trampas, disfraces que ocultan.
La Odisea.
Como complemento de la Iliada, el poeta Homero escribió también La Odisea, poema
en el que Homero narra cómo, terminada la guerra, Ulises emprende el atropellado retorno a Ítaca, la isla de la que era rey para encontrarse con su esposa Penélope y Telémaco, el hijo de ambos.
El regreso de Ulises -su odisea- no está exenta de vicisitudes, se enfrenta a la Ninfa Calipso; intenta huir en balsa pero provoca con ello la ira de Poseidón, el Dios de los Océanos; huye del canto de sirenas, escapa de gigantes antropófagos y cíclopes. De ahí el concepto.
La Tragedia Griega.
Es usual utilizar el término «tragedia griega» para describir algún hecho que se pinta exagerado, extremadamente dramático o estridente pero intentando un mayor rigor, considero que el concepto aplica con exactitud poética -rima, métrica y extensión- para el tema de este domingo, explico:
Desde hace ya muchas décadas, centenares de personas de México y de otros países emprenden una odisea de miles de kilómetros enfrentando bestias de metal, cíclopes de torretas azules y flechas mortales, ninfas que hipnotizan haciéndoles creer llegarán a salvo. Muchos mueren.
En esta prolongada narración dramática, de vez en vez y con creciente número, sabemos de execrables caballos de troya cargados de guerreros que en pos de ganar la vida en esa especie de país de Troya moderna en el que la victoria es un mejor porvenir y el arma es el trabajo, se embarcan en réplicas del Caballo de Troya griego de este siglo, de metal, enormes, herméticos. Más que caballos parecieran sarcófagos. Tristemente el más reciente, el caballo de de Texas entregó a 52 soldados y otros tantos más se encuentran graves. Aplica el término «tragedia» en toda su magnitud.
La farsa.
El término «ironía» es también de origen griego, su etimología refiere a «disimulo o ignorancia fingida» y aplica en mi opinión, de forma tan perfecta como perfectamente sellaron las puertas del Trailer de Troya convertido en morgue en días pasados en la estatal 35, que corre de Laredo a San Antonio Texas. Y digo que aplica perfecto porque esa ignorancia fingida es lo único que acaso explica cómo es que un grupo de 60 personas pudo cruzar el Río Bravo, refugiarse en alguna casa de seguridad, abordar el trailer -su caballo de troya mortal- y no ser detectado por retenes, escáneres, rayos equis, perros rastreadores ni revisiones policiales. La ignorancia fingida se convierte en comedia negra, drama con complicidad delincuencial, en farsa corrupta. Algo debemos cambiar con urgencia.
Oximoronas 1. Doble ironía resulta el nombre del conductor del trailer mortal: de apellido Zamorano, y de nombre Homero, como el poeta griego.
Oximoronas 2. La muerte de estos 52 seres humanos es a la vez tributo y recordatorio de que los elevados niveles de remesas que envían nuestros paisanos a sus familias son diamantes de sangre.
Oximoronas 3. El Galimatías de hoy aparece bajo auspicio de «El Tucán de Badajoz», offshore verde-inversión caradu