Una candidatura y dos victorias
Victoria I
Para cuando cierro el Galimatías de hoy, diversas fuentes anuncian una cerrada victoria de Lula en Brasil.
Destaco lo positivo: comicios sin cuestionamiento ni protesta ante el resultado -al menos hasta este momento-, ademas de una alta y ordenada participación ciudadana.
De entre lo complejo -que no necesariamente negativo-: el margen de diferencia más cerrado en la historia de aquella nación, 1.66% separan al ex obrero metalúrgico de su oponente Bolsonaro. De la mano de esto, un país polarizado que votó a mitades con una pasión que divide familias, barrios, grupos de amigos y desde luego redes sociales. Algunas semanas atrás, un reportaje del diario El País daba cuenta de cómo las preferencias electorales determinaban los “swipes” y “matches” en Tinder: los “Si votas Lula bríncame” o “Acepto solo si vas Bolsonaro” eran frecuentes.
Lula, hoy de setenta y siete años gobernará un tercer período y según ha afirmado él mismo, habrá que reconstruir un país arrasado. Puede que si, muy seguramente si. Lo relevante aquí es que ese mismo sistema electoral que permite hoy su elección, es el que permitió , con el voto popular, que Bolsonaro fuese presidente. A reconstruir lo que haya que reconstruir, preservando aquello benéfico para la ciudadanía brasileña. Esa esas son serán tareas como estadista.
Victoria II
Checo Pérez tercero en el podio del Gran Premio de la Ciudad de México y muy posiblemente subcampeón de esta -su más exitosa- temporada. Sin duda un campeón, por muy elitista y mecanizado que pudiera parecer o incluso ser su actividad, el mérito del piloto tapatío como deportista de alto rendimiento que se planta al tú por tú frente a pilotos del primer mundo es histórico: en fútbol, el equivalente serían no un quinto ni un sexto partido, sería llegar a semifinales, al partido por el tercer sitio. En México nos hacen faltas más Checos Pérez y menos Tatas Martinos.
Candidatura
La semana reciente, la cancillería mexicana y el comité olímpico anunciaron la postulación de México para ser sede de los juegos olímpicos del año 2030. Más allá de la ausencia de la señora Ana Guevara, destaco tres vértices del hecho: Las medallas olímpicas no llegan solas; ocho años no alcanzan para crear campeones y hacer, como país, un papel deportivo destacado. Por otra parte, la idea suena a salida de un corazón futurista de nuestro canciller, en alianza con Mary Jóse Alcalá, exclavadista destacadísima y activo político del Partido Verde. La ecuación es clara.
Por último, reconozco que dentro de todo me da gusto que intentemos superar los límites “Cruzazuleados” y México sueñe en códigos distintos al del fútbol.
Oximoronas 1. Carlos Salinas es ahora español. Pudo demostrar sus antecedentes sefardí-españoles. La madre patria: De La Madrid, por supuesto Fox, Calderón, Peña, Obrador. Inevitablemente también de allá venimos y somos, aunque haya a quien no le flipe.
Oximoronas 2. El pasado fin de semana se celebró en Aguascalientes el primer matrimonio poliamoroso en nuestro país; tres varones se unieron simbólicamente ante familiares y amigos. Matrimonio re-reloaded. Los tiempos cambian.