Gentrificación y reclamo social / Claudia Corichi

El primer cuadro de las grandes ciudades se ha convertido en un entorno moderno y atractivo para inversionistas, firmas comerciales y buscadores de vivienda de alto valor, gracias a una permanente modernización de espacios históricos y el aumento de andadores peatonales.

La recuperación del Centro Histórico y el corredor Reforma que comenzó en el 2000 se extendió en círculos concéntricos a colonias aledañas que mejoraron la calidad de los servicios públicos y atrajeron el interés por instalar negocios, comercios y nuevos desarrollos habitacionales.

En las principales metrópolis del mundo se vive una situación similar: Barcelona, Chicago, Lisboa o San Francisco, trabajan ahora por crear barrios que armonicen la cohabitación de vecinas y vecinos con los recién llegados y el respeto a la cultura local con un interés especial en la sustentabilidad.

El gradual proceso de desplazamiento no está exento de tensiones, especialmente de poblaciones que se sienten excluidas por el turismo y la llegada de residentes extranjeros con mayor poder adquisitivo que diluyen el ambiente tradicional de barrios y colonias, dando paso a nuevos estilos de vida propios de una ciudad cosmopolita.

Una consecuencia de todo esto es el aumento del precio de alquiler. Entre 2020 y febrero de 2025 las rentas se incrementaron en promedio un 45% en CDMX. El mercado de vivienda se ha tensionado considerablemente con alzas que obligan a amplios sectores a marcharse a la periferia. La construcción de grandes complejos atrae comercios, servicios y amenities que van encareciendo la calidad de vida, la llamada gentrificación.

En ciudades como Sevilla o Venecia (donde se casó el dueño de Amazon, Jeff Bezos en una fastuosa ceremonia de tres días que indignó a los residentes) existen continuas manifestaciones contra la invasión de turistas que, no sólo ocupan espacios públicos cotidianamente, también alteran las dinámicas comunitarias y detonan el incremento de las rentas para nuevas familias o jóvenes universitarios que deben compartir un inmueble.

En la CDMX el gobierno capitalino ha impulsado iniciativas para equilibrar la oferta y demanda de hospedaje y vivienda. En octubre se aprobó una disposición que regula el servicio de estancia turística eventual ofertado a través de plataformas digitales. La denominada Ley Airbnb pretende frenar la gentrificación y estabilizar el mercado inmobiliario.

Del lado contrario argumentan que los alojamientos completos de Airbnb representan menos del 1% del total de viviendas en la ciudad donde existen 280 mil viviendas deshabitadas; que la economía colaborativa (propietario-plataforma) contribuyó en 2023 con 63 mil empleos directos e indirectos y 650 millones de pesos en Impuesto sobre Hospedaje y que la mayoría de sus usuarios son turistas nacionales no extranjeros.

La protesta realizada el 4 de julio contra la gentrificación es legítima sin duda, no obstante, el vandalismo y los destrozos no se dirigieron solo contra franquicias extranjeras sino pequeños negocios familiares o de emprendedores, atizando un ambiente de rechazo a quienes provienen de otros estados o países y desean vivir en esta ciudad.

Alejadas de xenofobia y violencias, deben encontrarse las vías que permitan la convivencia respetuosa, productiva y equilibrada en las ciudades y los necesarios puntos de encuentro comunitarios.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *