Hicieron notar que en los conflictos se cuelgan muchos intereses diversos para sacar «ganancia del río revuelto», por lo dijeron es necesario tender puentes de diálogo, advirtiendo que lo que se impone con violencia trae una respuesta de la misma naturaleza
Redacción
[dropcap]E[/dropcap]l obispo de Tehuantepec, monseñor Óscar Campos Contreras, los sacerdotes de aquella diócesis, así como los obispos de las tres diócesis de Chiapas hicieron un llamado a las autoridades y los maestros disidentes a establecer el diálogo, ante los hechos violentos del pasado domingo que dejó en Oaxaca seis víctimas mortales.
Por medio de una misiva, Campos Contreras y los sacerdotes de su demarcación religiosa indicaron que la prioridad es vigilar por el desarrollo integral de los niños y los jóvenes «cuyo futuro no puede verse como moneda de cambio para los intereses de cualquier grupo.
Nadie debe hipotecar el porvenir de las nuevas generaciones».
Hicieron notar que en los conflictos se cuelan y se cuelgan muchos intereses diversos para sacar «ganancia del río revuelto», por lo que es necesario tender puentes de diálogo, pues señalaron lo que se consigue con autoritarismo o violencia sólo puede alimentar respuestas de la misma naturaleza.
«La actual tensión social no puede verse como un problema pasajero o aislado, porque tiene como caldo de cultivo los rencores alimentados por las carencias y las frustraciones sociales que han padecido estos pueblos. Eso hace que cualquier problema se convierta en un catalizador que agrupa a otros, haciendo más grandes los conflictos y más difíciles las soluciones».
En la misiva difundida por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), reconoció además que el interés es reconstruir el tejido social dañado, ya desde hace bastante tiempo, por la violencia, la injusticia, la pobreza, la ignorancia, el crimen, la corrupción.
Ante ello, todos, iglesia, autoridades, sociedad civil resalta la misiva, estamos llamados a trabajar con urgencia para que en aquella región de Oaxaca y en todo el estado sea posible una convivencia social armónica.
(Con información de La Crónica)
